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La tarde había llegado con un aire de calma inesperada. Connor y Miriam, tras una charla profunda y sincera, decidieron pasar la tarde fuera de casa, dejándola a cargo de sus hijos. Los tres hermanos, Aiden, Ally y Jake, se encontraron por primera vez en semanas sin la presencia de su padre o su abuela. Aunque la idea de tener tiempo para sí mismos parecía prometedora, pronto quedó claro que la tensión aún estaba presente.

—¿Cómo va todo con tus nuevos proyectos? —preguntó Jake, intentando iniciar una conversación relajada mientras se acomodaba en el sofá.

Aiden, que estaba en la cocina preparando algo de comer, miró a Jake con interés.

—No está mal. He estado trabajando en una nueva producción, y aunque es estresante, estoy contento con el progreso. ¿Y tú, cómo va el trabajo en la pastelería?

—Bastante bien, gracias. —respondió Jake—. La pastelería sigue siendo un lugar acogedor, y he conocido a algunas personas interesantes últimamente.

Ally, que estaba en el comedor, se unió a la conversación mientras dejaba un tazón en la mesa.

—Yo también he conocido a alguien. —dijo con una sonrisa—. Estuve en una cafetería cerca de la universidad, y el chico que trabaja allí es muy simpático. Nos llevamos muy bien.

Aiden levantó una ceja, interesado.

—¿Ah, sí? ¿Cómo se llama?

—Hunter —respondió Ally—. Hemos hablado varias veces, y parece una buena persona.

Jake asintió, animado por el cambio de tono en la conversación.

—Eso suena genial. Yo también he conocido a alguien. Se llama Tom. Es policía, y hemos estado saliendo un poco. De hecho, ya se los había mencionado.

Aiden sonrió.

—Interesante. Yo también tengo alguien nuevo en mi vida. Su nombre es James. Es fotógrafo y artista. A veces me lleva a sus sesiones de fotos y me muestra su trabajo.

La conversación se tornó más ligera mientras compartían detalles sobre sus nuevas relaciones. Sin embargo, pronto la charla se desvió hacia viejas rencillas. Los reproches y acusaciones surgieron de manera inesperada, sacando a relucir heridas del pasado y agravando el conflicto.

—Siempre estás buscando una razón para pelear —dijo Aiden, dirigiéndose a Ally.

—¡Como si tú no lo hicieras! —replicó Ally—. A veces actúas como si el mundo girara a tu alrededor.

Jake intentó mediar, pero las palabras se volvieron más hirientes. La discusión escaló hasta que, frustrados y agotados, decidieron separarse. Cada uno se fue en busca de su persona, buscando desahogarse y obtener algún consuelo.

Ally encontró a Hunter en un café cercano. Al entrar, Hunter notó su expresión abatida y la invitó a sentarse. La conversación pronto se centró en la difícil situación en casa.

—Siento que nunca vamos a poder ser una familia unida —dijo Ally, mientras jugueteaba con su café—. Todo parece estar siempre en caos.

Hunter le dio una mirada comprensiva.

—Entiendo lo difícil que debe ser. Pero recuerda que, aunque las cosas sean complicadas, siempre puedes contar conmigo.

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A la misma hora, Jake se encontró con Tom en un parque. Mientras caminaban, Jake comenzó a hablar sobre la pelea que había tenido con sus hermanos.

—No sé por qué no podemos simplemente llevarnos bien —dijo Jake, mirando al suelo—. Cada vez que intentamos hablar, parece que todo se desmorona.

Tom, que había estado escuchando atentamente, le dio una palmada en el hombro. La relación entre ellos ya había escalado hasta el contacto físico, y Tom, en un gesto de consuelo, abrazó a Jake.

—A veces, las cosas no son tan simples. Pero lo importante es que estás tratando. Y eso dice mucho sobre ti.

Jake sonrió ligeramente, agradecido por el apoyo de Tom, y se permitió un momento de calma en sus brazos.

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Mientras tanto, Aiden fue a visitar a James, quien estaba trabajando en una nueva serie de fotos. Aiden, aunque aún afectado por la discusión, trató de dejar de lado sus problemas mientras James le mostraba su trabajo.

—¿Cómo va todo? —preguntó James, notando la preocupación en el rostro de Aiden.

—No muy bien. Tuve otra pelea con mis hermanos —admitió Aiden—. A veces, siento que todo está en mi contra.

James se acercó a Aiden, ofreciéndole una sonrisa alentadora.

—No dejes que eso te detenga. Eres una persona increíble y tienes a alguien que se preocupa por ti.

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En la oficina de Connor, Riya estaba en medio de una presentación. Connor, intrigado por su profesionalismo, decidió hacerle una visita. Mientras revisaban algunos documentos, la conversación entre ellos fluyó de manera sorprendentemente natural.

—Debo decir que estoy impresionado con tu trabajo, Riya —dijo Connor, observando cómo ella revisaba los papeles—. Tienes una gran habilidad para esto.

Riya sonrió, disfrutando de la atención.

—Gracias, Connor. He trabajado duro para llegar aquí. Me alegra que lo aprecies.

La conversación continuó con un tono amigable, y Connor se dio cuenta de que, además de su profesionalismo, Riya tenía una personalidad cautivadora. Aunque estaba concentrado en los asuntos de la empresa, no pudo evitar sentirse atraído por su presencia.

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Al final del día, Tom, Hunter y James se encontraron en un bar. Tom, que estaba en el lugar para supervisar la seguridad, aprovechó la ocasión para presentarse a Hunter y James, quienes también estaban allí. La interacción entre ellos fue sorprendentemente natural y amistosa. Aunque los tres tenían diferentes ocupaciones y orígenes, compartieron historias y risas, estableciendo rápidamente una buena relación.

Entre anécdotas y charlas amenas, intercambiaron números de teléfono para mantenerse en contacto. La camaradería creció rápidamente, y cada uno de ellos se sintió un poco más ligero, sabiendo que contaba con el apoyo de los demás.

✯𝐅𝐀𝐌𝐈𝐋𝐈𝐀 𝐃𝐄𝐒𝐕𝐄𝐍𝐓𝐔𝐑𝐀𝐃𝐀✯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora