Los primeros días de Maddy viviendo sola en Mónaco fueron un torbellino de emociones que la arrastraban entre la esperanza y la inseguridad. Habían pasado un par de meses desde que terminó su relación con Joe, y aunque había logrado comprar su pequeño departamento con lo poco que había podido ahorrar durante esa etapa, la soledad la envolvía como una sombra. Su nuevo hogar, aunque modesto, se convirtió rápidamente en su refugio. Cada mañana, tras un desayuno sencillo de café y tostadas, se lanzaba a las calles, un campo de batalla donde luchaba por su sueño de ser cantante. Era un espacio simple, lejos del lujo que la rodeaba, pero era suyo, y eso lo hacía especial. Sin embargo, la brillantez de la ciudad contrastaba con la dura realidad que enfrentaba; cada caminata interminable y cada rechazo resonaban como ecos de duda en su mente. El sueño de ser cantante parecía desvanecerse con cada día que pasaba. Pero retroceder no era una opción; había hecho su elección y debía avanzar.
Una tarde, mientras revisaba anuncios en su pequeño escritorio de madera desgastada, su teléfono sonó, rompiendo su meditación. Era una llamada del restaurante "La Belle Étoile", un lugar elegante que ofrecía música en vivo para acompañar las cenas. Habían escuchado sobre su talento y querían darle una oportunidad. Maddy, incrédula y emocionada, sintió como si un rayo de esperanza iluminara su mundo. Sin pensarlo dos veces, aceptó. Aunque era solo un trabajo temporal, sabía que podría ser el trampolín que necesitaba.
La primera noche llegó más rápido de lo que esperaba. El restaurante estaba iluminado por cálidas luces doradas, y la música suave flotaba en el aire, creando una atmósfera íntima y encantadora. Maddy, vestida con un sencillo pero elegante vestido negro que resaltaba su figura, se preparaba nerviosa detrás del escenario. Los nervios burbujeaban en su estómago mientras escuchaba los murmullos de la multitud. Aunque disfrutaba de su independencia, la soledad en ese pequeño departamento a veces la aplastaba. Sabía que este momento podía ser un cambio, el inicio de algo nuevo.
"Es solo una noche", se repitió a sí misma, intentando calmar su agitado corazón. "Pero podría ser la noche que lo cambie todo".
Cuando finalmente subió al escenario, las primeras notas de la canción llenaron el salón, y Maddy dejó que su voz fluyera con una pasión contenida. Al principio, las miradas eran curiosas, pero lentamente fueron transformándose en admiración. Entre el público, en una esquina del restaurante, un grupo de amigos no pudo evitar dejarse cautivar por la actuación.
Arthur Leclerc, con su estilo desenfadado y su sonrisa encantadora, estaba en esa mesa. A pesar de las bromas de sus amigos, Arthur no podía apartar los ojos de Maddy. Había algo en su voz, en la manera en que transmitía cada palabra, que lo atrapó por completo. Se dio cuenta de que la música no solo llenaba el espacio, sino también su corazón.
Cuando la canción terminó, el restaurante estalló en aplausos. Maddy sonrió agradecida, sintiendo su corazón todavía acelerado, mientras los vítores reverberaban en sus oídos. Mientras recogía sus cosas, un lado de ella quería desaparecer entre las sombras. No estaba lista para más atención de desconocidos. Pero antes de que pudiera retirarse, Arthur se levantó de su mesa y se dirigió hacia ella, con una decisión que sorprendió incluso a sus amigos.
"Hola", saludó con una sonrisa cálida que iluminó su rostro. "Soy Arthur. Me preguntaba si podría invitarte a un trago para celebrar tu increíble actuación".
Maddy dudó por un momento. ¿Un trago? Recordó las veces que había aceptado este tipo de invitaciones sin pensarlo demasiado, pero eso había sido antes. Antes de Joe. Ahora, todo era diferente. Su corazón latía con fuerza al recordar viejas heridas.
"Gracias", dijo finalmente, con una sonrisa algo tímida, escondiendo la tormenta de pensamientos que la asaltaban. Sabía que cualquiera de estos ricachones podría ser algún productor musical. Tal vez solo sería una conversación. Nada más.
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labyrinth - Charles Leclerc
FanfictionMaddy siempre había vivido atrapada entre las expectativas de su familia y los deseos de su propio corazón. Criada en Monterrey, México, su camino estaba marcado por el deber de estudiar abogacía y alcanzar el éxito convencional. Pero sus verdaderos...