La aldea se encontraba en silencio, inmóvil frente a la bestia que lo miraba con una mezcla de odio y tristeza. Pero dentro de Ishigami algo había cambiado. No era solo miedo lo que sentía, sino un profundo culpa por lo que paso.
"¿Tú... eres el rey de esta selva?"
"Así es", respondió Tsumekami, su voz grave resonando como un trueno. "Pero no soy solo un rey; soy un testimonio, un monstruo y un vengador. Cada vida que perdí me hizo más fuerte, más decidido a luchar contra aquellos que destruyen lo que más amamos."
"Oye, ¡Por lo menos presta atención!"
Mientras la bestia hablaba, Ishigami se encontraba completamente en otro mundo. Las palabras de Tsumekami parecían convertirse en ruido blanco
"¿Qué haría, el presidente o shinomiya?"
Se preguntó en su interior, recordando que en otro momento, en otro lugar, ellos habrían sabido qué decir. Pero ahora, estaba solo.
De repente, algo hizo clic en su mente . Recordó un manga que había leído hace poco, uno donde el protagonista tenía una técnica casi invencible, una que no requería fuerza, ni velocidad... ¡sino palabras!.
Una sonrisa se dibujó en su rostro mientras sus ojos brillaban con una chispa de confianza renovada.
"¡Eso es! ¡La técnica definitiva! ¡Evangelizar al enemigo!" Pensó, sintiendo como si todo el universo le hubiera dado la respuesta correcta. Si ese ninja de pelo amarillo había logrado derrotar a un sinfín de enemigos con simples discursos sobre la paz y el entendimiento, ¡él también podría hacerlo!
Finalmente, tomó una decisión.
"¡Escucha, Tsumekami!", Ishigami exclamó, su voz resonando con una autoridad que nunca antes había tenido. Dio un paso hacia adelante, apuntando con un dedo dramáticamente hacia la criatura, justo como lo había visto hacer al protagonista en aquel manga. "¡Yo también he experimentado dolor! ¡Yo también he sentido lo que es ser odiado sin razón! ¡Pero no podemos seguir este ciclo de odio y venganza!"
La bestia lo miró, visiblemente confundido. Estaba claro que esperaba una pelea, no un monólogo inspirador.
"¿Qué... estás haciendo?", gruñó, sus colmillos apenas visibles mientras inclinaba la cabeza en señal de incomprensión".
"Lamento lo que te hicieron los humanos..." comenzó, su voz calmada pero firme. "No puedo cambiar el pasado, pero puedo escuchar tu dolor, y te aseguro que no soy como ellos. ¡No quiero pelear contigo!."
La bestia frunció el ceño, pero no interrumpió. Ishigami continuó, sintiendo que cada palabra que decía era un paso hacia lo desconocido.
"Dices que juraste venganza, y lo entiendo... Pero, ¿¡acaso esa venganza te ha traído paz!? o ¿¡Te ha devuelto a tu familia!?"
¡El odio solo engendra más odio!, Ishigami proclamó, alzando los brazos al cielo dramáticamente. "¡Lo que necesitamos no es venganza, sino comprensión! ¡Debemos romper el ciclo del odio y caminar juntos hacia la paz! ¡Tú y yo, mano a mano, podemos cambiar el destino!"
Mientras hablaba, se imaginaba que detrás de él se encendía una luz brillante, casi divina, que hacía que su discurso resonara aún más. Era como si de repente el viento soplara a su favor, levantando su cabello y dándole ese toque épico que todo héroe necesitaba.
"¡Detente ahora mismo!", rugió la Tsumekami, claramente abrumada por el inesperado cambio de tono.
Pero Ishigami, ahora completamente comprometido con su plan de evangelizar, no tenía intención de retroceder:
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Ishigami... ¿con un Sistema?
Fanfiction¿Qué harías si un sistema misterioso te ofreciera la oportunidad de cambiar tu vida y corregir los errores de tu pasado? Esto es exactamente lo que le ocurrio a Yu Ishigami Después de un accidente que lo deja al borde de la vida, Ishigami arriesga s...