Capítulo 16

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Isabella

—Se lo llevaron.

—¿Qué?

—Se llevaron a Valentino.

Dejo de removerme del agarre que Franco tiene sobre mí y miro a quien sea que está hablando.

—¿Qué dijiste? —Mi corazón comienza a latir fuerte contra la caja torácica, tanto que incluso puedo escuchar claramente el golpeteo: pum... pum...

Miro a uno de los hombres que estaba al lado de la camioneta, herido. Parece que en cualquier momento perderá el conocimiento. Está pálido, con sus ojos opacos, y respira entrecortadamente.

—Nos interceptaron, eran varios sujetos. Nos dispararon a nosotros —señala al otro sujeto que no corrió con la misma suerte que él, que yace sin vida en el asfalto—. Y luego sacaron a Valentino. Después le prendieron fuego. Perdí el conocimiento, solo sé que Matías fue tras ellos en la motocicleta.

El alma me vuelve al cuerpo y puedo respirar con menos dificultad. Valentino está vivo.

Mati...

—¿Mati? —susurro.

Niega con pesar sin atreverse a mirarme fijamente, se tambalea y uno de mis guardias acude a él.

Quisiera quedarme a lamentar la pérdida de Mati, pero aunque suene egoísta, justo ahora lo que más importa es ir tras Valentino. Encontrarlo.

Después tendré tiempo de llorar la pérdida.

—Matías no se ha puesto en contacto conmigo, pero puedo rastrear el GPS de la motocicleta y seguirle la pista —anuncia Franco.

—¿GPS? —Lo miro fijamente.

—Todas nuestras unidades tienen instalado un GPS, justo por este tipo de situaciones. Puedo seguir su ubicación con mi celular. —¡Bendita sea la tecnología! —. Lleva a Paul al hospital y después lleva a la señora Isabella a casa. No te separes de ella en ningún momento. Cualquier cosa que resulte sospechosa, ponla a salvo.

No, no, no.

—Yo no voy a ningún lado. —Me cruzo de brazos.

—No pienso arriesgar su bienestar.

—Puedo cuidarme sola, dame un arma y lo averiguarás. Solo somos cinco personas contra no sé cuántos. Ramiro no responde, y esperar a que vengan más hombres es perder tiempo, justo como lo estamos haciendo ahora. —Quizás estoy siendo irracional, pero mi padre y abuelo me prepararon para este tipo de situaciones. No creces en la mafia sin saber proteger tu vida. En este mundo, constantemente estás en peligro. Mi padre siempre dijo que saber manejar un arma o tener un poco de defensa personal podría salvarme la vida —. Lleva al hombre al hospital y, Franco, pongámonos en marcha. Denme un arma.

Extiendo mi mano. Los hombres se miran entre ellos y me frustra demasiado estar perdiendo segundos valiosos que podrían hacer la diferencia.

El guardia que está designado para llevar al hombre herido saca el arma de su espalda y me la entrega. Asiento en agradecimiento y nos ponemos en marcha. Echo una última mirada a las llamas y un nudo en mi garganta se forma al pensar en Mati.

Durante el transcurso, he tratado de ponerme en contacto con Ramiro sin obtener respuesta alguna. Incluso, Franco trató de comunicarse con Adriano y Dante, obteniendo la misma respuesta.

La ubicación de Matías nos lleva a las afueras de la ciudad, a unos almacenes abandonados.

No llevó casi una hora llegar.

DESTROZAME +18 L.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora