La respiración de Serafall se entrecortó, y el mundo que la rodeaba se derrumbó en un único punto de enfoque. El vibrante salón de baile, con su opulenta decoración y su nobleza parlanchina, pareció desvanecerse en un borrón nebuloso, dejando sólo la brillante figura de Naruto Uzumaki Phenex iluminada con total claridad ante sus ojos. El corazón le latía con fuerza en el pecho, y cada latido resonaba como un trueno en el repentino silencio de su mente.
Era como si el tiempo se hubiera ralentizado, cada segundo se alargaba hasta convertirse en una eternidad mientras ella le miraba fijamente, incapaz de apartar la mirada. El aire que la rodeaba se volvió pesado, cargado de una energía palpable que parecía presionarla, dificultándole la respiración. Miles de pensamientos se agolpaban en su mente como un tsunami implacable, cada ola chocando con la siguiente, haciéndola sentir como si se ahogara en un mar de emociones.
En ese momento, Serafall fue ajena a la mirada preocupada de Selah, su compañera Satán y amiga de la infancia, que permanecía a su lado con una mezcla de preocupación y expectación grabada en sus delicadas facciones. La mano de Selah, que momentos antes había sido una presencia reconfortante en el hombro de Serafall, se sentía ahora distante, una atadura a la realidad que se desvanecía rápidamente a medida que todo el ser de Serafall era consumido por la visión de Naruto.
Sus ojos absorbieron cada detalle de su aspecto, desde la firmeza de su mandíbula hasta los familiares ojos azules que contenían una profunda emoción que ella había deseado volver a ver. La luz que le bañaba parecía magnificar su presencia, haciéndole parecer casi de otro mundo, un faro en la oscuridad que había envuelto su corazón durante tanto tiempo.
"¿Es realmente él?", exclamó una voz cercana, con una mezcla de asombro e incredulidad.
"No puede ser... ¿Después de tanto tiempo?", murmuró otro demonio, con un tono teñido de miedo y admiración.
Serafall apenas registró estas reacciones, concentrándose por completo en Naruto, que se movía con una gracia y una confianza que contradecían el peso de su regreso. Cada paso que daba parecía resonar en la sala, una declaración silenciosa de su determinación y de la fuerza que le había traído de vuelta a este mundo.
Su mente se agitaba, y cada pensamiento era una fugaz mirada al pasado y al futuro. Los recuerdos de sus aventuras compartidas, las batallas que habían librado codo con codo y el vínculo que habían forjado en el crisol del conflicto pasaron ante sus ojos. Junto a estos recuerdos, las visiones de lo que podría ser la llenaron de una sensación de anhelo tan intensa que casi le hizo llorar.
Realmente está aquí...", pensó, y se dio cuenta de ello con la fuerza de un maremoto. Después de tantos años, ha vuelto".
El peso de sus emociones amenazaba con desbordarla, un torrente de alivio, alegría y un miedo profundamente arraigado a que todo aquello fuera un sueño del que pronto despertaría. Sin embargo, la visión de él allí de pie, real y tangible, disipó cualquier duda, anclándola en la innegable realidad de su presencia.
Cuando Naruto llegó al centro del escenario, se detuvo, y su mirada recorrió a los demonios reunidos con una serena intensidad. La sala se sumió en un silencio silencioso, el aire estaba cargado de expectación mientras todos esperaban a que hablara. La atmósfera era eléctrica, cargada de la expectación colectiva de la multitud, cada demonio contenía la respiración, ansioso por oír lo que iba a decir.
A medida que su mirada se desplazaba, por fin se clavó en la de Serafall y, por un momento, el mundo que los rodeaba pareció difuminarse y desvanecerse en la nada.
Sus ojos se encontraron y, en ese instante, el tiempo se alargó hasta el infinito. El salón de baile, el murmullo de la multitud, las luces deslumbrantes... todo se disolvió en el fondo, dejando sólo la profunda conexión entre ellos. Para el mundo exterior, no fue más que una fracción de segundo, pero para Naruto y Serafall pareció una eternidad, un intercambio silencioso de emociones y palabras no pronunciadas que trascendió el paso del tiempo.
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Naruto - El héroe Fénix
SonstigesEl heredero del clan Phenex, el héroe supremo de la guerra civil de los demonios, Naruto Phenex, era conocido como el demonio más fuerte que jamás había caminado por el inframundo. Pronto sería coronado como Lucifer, aunque desapareció sin dejar ras...