Hiccup nunca fue el tipo de persona que enviaba mensajes sin antes revisarlos dos veces. Siempre había sido meticuloso, cuidando cada palabra que salía de su teléfono.
Quizá por eso, cuando el mensaje salió disparado al contacto equivocado, sintió una especie de vértigo en el estómago que le dejó paralizado frente a la pantalla.Y es que no se trataba de cualquier cosa. Era una petición para su novia, con la cual llevaba ya dos años.
Aquel mensaje, cargado de ternura y promesas, pretendía ser el preludio de una sorpresa: una propuesta de mudarse juntos, un gran paso en su relación.Hiccup había practicado en su cabeza las palabras exactas que debía decirle, las había mecanografiado con cuidado, revisando cada frase antes de presionar la tecla de “enviar”.
Pero en lugar de enviárselo al correcto destinatario, el mensaje le había llegado a Astrid.
Astrid Hofferson, su compañera de trabajo desde hacía tres años. Astrid, quien solía ocupar la mesa frente a la suya en la oficina, y con quien compartía bromas internas y charlas informales en la hora del café. Ella era práctica, directa, segura de si misma, y, aunque eran amigos, Hiccup jamás la había visto como algo más que una buena colega.
La realidad lo golpeó cuando ella decidió responderle. No fue una respuesta que Hiccup esperaba. Un simple "¿En serio...?" apareció en su pantalla, acompañado de una carita sonriente, pero no parecía una broma. Había un aire de incredulidad, como si ella estuviera realmente afectada por lo que acababa de recibir. Y allí estaba, la certeza de que algo había cambiado, como si aquella línea hubiera sido cruzada sin intención.
Hiccup se levantó del sofá de inmediato, su corazón latiendo con fuerza. Sabía que debía arreglarlo antes de que las cosas se descontrolaran.
No sabía que hacer, no contestar y ya? No, sería demasiado irrespetuoso por su parte.
Intentó calmarse, aunque en vano, puesto que los nervios lo estaban matando.
Claramente tenía que hablar con Astrid sobre este error garrafal que acababa de cometer sin querer, sobretodo por ella, ya que no quería que pensara que es un tipo de broma para hacerle daño o para reírse un rato con sus compañeros.Así que, por fin se decidió en que hacer.
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.Hiccup se dirigió al día siguiente a la oficina, intentando no pensar demasiado en el mensaje. Quizás Astrid lo había tomado como un error evidente. Quizás todo se resolvería con una risa incómoda y una disculpa rápida. Pero al entrar, lo primero que notó fue el silencio. Astrid no estaba en su escritorio.
Pasaron varias horas antes de que ella apareciera. Cuando lo hizo, traía un aire diferente, más callado de lo habitual. No hizo su saludo sarcástico que siempre le dedicaba, ni le lanzó el bolígrafo como solía hacer cuando quería molestarlo.
Confuso, pero decidido a aclarar la situación, Hiccup se acercó a su escritorio.
—Hola Astrid, acerca del mensaje de ayer… fue un error. Iba dirigido a otra persona—dijo, intentando no sonar demasiado nervioso.
Astrid lo miró con una expresión que él no pudo descifrar del todo. Sus ojos estaban entrecerrados, evaluándolo.
—Claro, lo imaginé —respondió, casi desinteresada, volviendo su atención a la pantalla de su ordenador.
—Siento si te molestó, no era mi intención, tienes que creerme Astrid— su clara muestra de arrepentimiento era evidente. Y es que hasta un tonto lo notaría.
—No es nada Hiccup, gracias por aclarármelo— su respuesta fue corta y segura. La chica amable, directa y sonriente ya no estaba. Parecía que todo había desaparecido en un abrir y cerrar de ojos.
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One-shots (Hiccstrid)
Cerita PendekEn este pequeño apartado publicaré diferentes historias cortas sobre la vida de nuestros queridos protagonistas. Amor, tragedia, drama, todo en uno. Admito peticiones. ⚠NO COPIAR, RESPETA LOS DERECHOS DE CADA UNO⚠