Minho suspiró, la mente aún atrapada en las palabras de Hyunjin, una pequeña mentira que lo había agobiado. Desde el primer día que aquel chico de lentes con cabello castaño le entregó las flores, había sido un flechazo directo al corazón. Sin embargo, a pesar de ese amor a primera vista, no podía evitar pensar que, aunque deseara con todas sus fuerzas, Hyunjin nunca lo vería como algo más que un amigo.
Mientras caminaba por el pasillo, se dio cuenta de que no llevaba su teléfono. Rápidamente se devolvió, sus pasos resonando en el suelo. Al llegar al aula, su mirada se detuvo en su mesa: allí había una rosa roja. La tomó entre sus manos, y una nota cayó al suelo. "Nos vemos en el café Sunshine a las 3:30". Frunció el ceño, preguntándose quién podría haber dejado eso.
—¿Hyung, qué haces por acá? —preguntó un rubio de cabello algo largo que se acercaba.
—Hola, Lix —saludó Minho, sintiendo una punzada en el pecho al ver la sonrisa del rubio. Luego, decidió preguntar—: ¿Has visto a alguien colocar esta rosa aquí?
El rubio sintió que su corazón se comprimía. ¿Quién había sido el atrevido que había hecho lo que él no pudo? Una mezcla de molestia y celos lo invadió.
—Apenas acabo de llegar —respondió Félix, intentando ocultar su incomodidad—. Olvidé mi cuaderno de apuntes.
Minho asintió, luego le preguntó si quería acompañarlo al café. Las mejillas de Félix se ruborizaron al instante.
—¿De verdad vas a ir a donde dice la nota? —preguntó él, con la esperanza de que Minho dijera que sí.
—Quiero saber si es una broma pesada o algo más —respondió Minho con una sonrisa.
Félix asintió, sintiendo una mezcla de nerviosismo y emoción mientras decidía acompañarlo. Al llegar al centro comercial, el rubio no podía dejar de pensar en lo atractivo que era Minho. Su perfil era perfecto y, sin querer, al observarlo tropezó y cayó. Pero no tocó el suelo; un chico pelinegro lo atajó tomándolo de la cintura.
—¡Lix! —gritó Minho al ver la escena.
Félix miró al pelinegro, quien aún lo sostenía. La vergüenza le subió por las mejillas y deseó poder enterrarse en la tierra.
Minho rodó los ojos y carraspeó la garganta, haciendo que Félix se separara del pelinegro.
—Gracias —dijo Félix, aún sonrojado.
—No hay problema —respondió el pelinegro con una sonrisa traviesa—. Para eso entreno, para salvar a lindos rubios en apuros.
Félix sintió cómo su rostro ardía y sonrió tímidamente. El pelinegro mordió su labio inferior antes de preguntar:
—¿No sería muy descortés pedirte tu número?
Félix estaba por responder cuando fue Minho quien intervino.
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Rose Garden | Hyunin
Jugendliteratur(inspirado en yes, love and kisses) En el instituto Saint Blossom, cada año se celebra un evento conocido como "El Jardín de las Rosas", donde los estudiantes depositan de forma anónima rosas en los casilleros de sus compañeros. Cada color de rosa t...