(inspirado en yes, love and kisses)
En el instituto Saint Blossom, cada año se celebra un evento conocido como "El Jardín de las Rosas", donde los estudiantes depositan de forma anónima rosas en los casilleros de sus compañeros. Cada color de rosa t...
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Los párpados de Hyunjin se abrieron lentamente, recibiendo la suave luz del amanecer que se colaba por la ventana. Al enfocar su mirada, lo primero que vio fue a Jeongin dormido a su lado. Su cabello rubio, ahora con un suave tono miel por la luz, caía delicadamente sobre su rostro, dándole un aspecto angelical.
Una oleada de ternura recorrió a Hyunjin. Sintió el impulso de apartar un mechón rebelde que se posaba en los labios entreabiertos de Jeongin, pero se contuvo. En ese instante, Jeongin comenzó a despertar.
—Buenos días, Hyunjinnie —murmuró con voz ronca, aún adormilado, mientras se tallaba los ojos con los puños.
—Buenos días —respondió Hyunjin, con una sonrisa que no pudo reprimir.
Jeongin se estiró como un gato, con un suspiro de satisfacción. —Me gustaría despertar así más a menudo —dijo, volviendo a mirarlo con una sonrisa tímida.
Hyunjin sintió que sus propias mejillas se sonrojaban ante la declaración, pero antes de que pudiera articular palabra, un fuerte golpe en la puerta los sacó de su burbuja.
—¡¡OYE HYUNJIN!! ¡¡VINIMOS A VISITARTE!!—gritaron desde el otro lado.
Hyunjin maldijo por lo bajo.
—¿Quiénes son? —preguntó Jeongin con el ceño fruncido.
—Unos amigos… del campamento de verano —respondió Hyunjin, con un tono evasivo.
—¿Y qué amigos del campamento? —insistió Jeongin, incorporándose en la cama.
—soobin, Beomgyu y Yeonjun. Ya sabes, los que te conté... —dijo Hyunjin, mientras se levantaba para abrir la puerta.
Jeongin asintió y comenzó a vestirse. —Te dejo para que disfrutes con tus amigos —dijo con una sonrisa un poco forzada.
—No, quédate. No hay problema— respondió Hyunjin, pero Jeongin negó con la cabeza.
Hyunjin abrió la puerta y tres chicos entraron en la habitación con la energía de un huracán. Jeongin los saludó con una sonrisa amable y uno de ellos, un chico de cabello oscuro y ojos penetrantes, se presentó.
—Soy soobin— dijo, extendiendo su mano hacia Jeongin.
Justo cuando estaban a punto de estrecharse las manos, Hyunjin intervino: —Chicos, él es Jeongin, ya saben, mi... amigo del que les hablé.
Soobin, visiblemente incómodo por la interrupción, retiró la mano. Jeongin asintió con la cabeza, repitiendo su nombre. Sin decir más, salió de la habitación, con la cabeza llena de dudas y una opresión en el pecho.
La noche anterior, después de una conversación llena de indirectas y silencios cargados de significado, Jeongin tenía una cosa clara: Hyunjin le gustaba. Y mucho. Pero ahora, al escuchar la forma en que lo presentaba a sus amigos, una punzada de inseguridad lo invadió.
