NARRA CHIARA
10:00 a.m.Desperté con el sonido del despertador interrumpiendo el silencio de la mañana. La luz se colaba por la ventana, y lo primero que pensé fue en la cita de esa tarde.
La primera vez que iría a ver a una psicóloga.
Era raro.La idea de hablar con alguien sobre lo que sentía me ponía ansiosa.
Me levanté de la cama y estiré los brazos, tratando de despejarme pero me choqué con los cuerpos de Ruslana y Martin. Había olvidado que nos habíamos quedado dormidos viendo una peli. Mi habitación estaba desordenada, con ropa esparcida por el suelo, chuches y dos cajas de pizza en una de las mesillas.
No tenía claro si hablar de la cita con ellos.
¿Qué pensarían?
Nunca les he dicho nada de mis problemas. Siempre había tratado de ser la fuerte, la que no se dejaba llevar por las emociones, la graciosa del grupo, la que no tenía problemas, la que fingía que todo estaba bien...
Me levanté de cama con cuidado de no despertarlos, tomé mi móvil y fui a la cocina para hacernos de comer. Pensé en hacer algo simple para desayunar, y lo único que sabía hacer, así que recurrí a mi clásico: cereales con plátano, miel y un alpro de lima-limón. A veces la rutina me calmaba, me hacía sentir que tenía algo bajo control. Hice tres platos de cereales y los dejé en la isla de la cocina para ir a despertar a mis amigos.
Después de unos minutos, salieron de mi habitación y se sentaron en las sillas frente a la isla. El sonido de las cucharas raspando los tazones llenaba el aire mientras los tres seguíamos desayunando, el sol de la mañana entrando por las ventanas de la cocina.
El silencio no era incómodo, pero había una tensión latente en mí que no podía sacudirme. Intentaba concentrarme en cada palabra que decían, en las risas que compartían sobre la película que habíamos visto la noche anterior, pero mi mente seguía dando vueltas.
Mientras Ruslana bebía el último sorbo de su agua, levantó una ceja al ver que yo apenas había tocado mi desayuno.
—— Keeks, estás muy callada hoy. —— La voz de Rus me hizo volver a la conversación. Vi que en su mirada había una ligera pizca de preocupación y que trató de disimular con una sonrisa.
–— Nah, solo un poco cansada. —— Le dije con un encogimiento de hombros. Le devolví la sonrisa para tranquilizarla pero sabía que no había logrado engañarla del todo. —— Anoche caímos como moscas, ¿no?.Martin rió entre dientes. —— Después de tantas pelis malas, hasta un terremoto nos habría dejado K.O —— bromeó, estirándose en su silla, con el pelo todo desordenado.
A pesar de las risas, sentía que algo en mi interior se mantenía en alerta. Como si cualquier pequeño comentario pudiera empujarme hacia la conversación que no quería tener.
Estábamos hablando de cualquier cosa y nada a la vez. Rus sacó su móvil de la mesa después de que Martin le robara una cucharada de su plato, y suspiró mientras revisaba algo en la pantalla. —— Uf, se me está haciendo tarde... —— dijo, levantándose con un movimiento perezoso ——. Tengo que pasar por casa antes de que empiece la tarde si quiero hacer lo que tengo pendiente.
Martin se estiró en su silla, soltando un largo suspiro. —— Yo también debería hacer algo con mi vida. —— bromeó. —— Gracias el desayuno, Keeks.
Sentí una pequeña ola de alivio al escuchar que ambos tenían que irse. Apreciaba mucho su compañía, pero necesitaba algo de tiempo sola para preparar mi cabeza antes de la sesión. Además, no sabía cómo abordar el hecho de que iba a ir a ver a una psicóloga sin hacer que el ambiente se volviera incómodo. Así que prefería mantenerlo en silencio, al menos por ahora.
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ecos de amor | kivi
FanfictionChiara vuelve a España después de un evento traumático en Reino Unido. Violeta acaba de sacar el grado de psicología y a comenzado a trabajar en el consultorio de su familia. ESTA HISTORIA ES COMPLETAMENTE MÍA. Inicio de escritura: 28/05/2024 Primer...