16. Encanto.

98 19 1
                                    

Minji comenzó besando lo poco del cuello que el collar de Danielle dejaba ver, a penas unos centímetros debajo de su mandíbula, hasta perder un poco su nerviosismo, comenzando a succionar y lamer su piel, acercó más el cuerpo de la omega al suyo, ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Minji comenzó besando lo poco del cuello que el collar de Danielle dejaba ver, a penas unos centímetros debajo de su mandíbula, hasta perder un poco su nerviosismo, comenzando a succionar y lamer su piel, acercó más el cuerpo de la omega al suyo, quien ajustó más el agarre de sus piernas, jadeando, permitiendo que la mayor recorriera más sus muslos con sus manos, yendo hacia la parte interna, subiendo por estas, rozando un poco con su intimidad, para luego seguir subiendo, acariciando sus glúteos.

Kim dejó un brazo sosteniendo el cuerpo de Danielle, mientras el otro subía por debajo de la remera de la castaña, voltendose mientras la llevaba hacia la cama.

Dejó a la menor sobre esta, separándose de ella para quitarle la remera (su remera), para seguir con los besos por sus clavículas, dejando marcas hasta llegar a uno de sus pezones, que también beso, lamió y succionó para el placer de la chica.

Al continuar con el otro, Minji alzó la vista un poco para ver el rostro de Danielle, totalmente ruborizado, con los ojos cerrados y los labios entre abiertos, con el pelo revuelto y una expresión algo desesperada, necesitada.

Con sus manos, delineó el cuerpo delgado y hermoso que la omega poseía, enganchando sus dedos bajo el elástico de los pantalones y panties, tirando hacia abajo, deshaciéndose de ambas prendas, dejándola desnuda sobre las sábanas.

La pelinegra no pudo evitar alejarse un poco, deteniéndose para ver el cuerpo de Danielle debajo suyo, como admirando su obra.

Aunque la sentía más como su propiedad. Su loba pedía reclamarla, aunque la parte humana de Minji decía que era muy pronto, pero concordaba con sus sentimientos.

En ese momento sintió que Danielle era suya, que le pertenecía.

Que era su omega.

Al ver que Minji se había detenido, la menor abrió los ojos para mirarla, haciendo contacto visual con ella automáticamente, sonrió al ver el brillo con el que la otra la miraba.

—No es justo que yo no pueda verte de esa misma manera —dijo, irguiéndose para quitarle la ropa a Minji, aprovechando para tocar todo el abdomen, apenas marcado, para luego seguir por su pecho, hasta pasar la prenda sobre su cabeza.

Se acercó a la delta, oliendo su cuello, inhalando su aroma a café y pino, más fuerte que antes, la embriagaba, frotó su rostro contra el mismo, dejando algunos besos rápidos, mientras bajaba su ropa interior.

Al quedar ambas desnudas, Danielle pasó sus manos por los hombros de la mayor, subiendo por su cuello hasta tomar sus mejillas, sintió la temperatura de estas y sonrió, mirando directamente a sus ojos.

Sin dejar de mirarla, Danielle subió sus caderas, rozando su intimidad con el miembro de la contraria, intentando ahogar sus gemidos para escuchar los bajos, casi vergonzosos, de Minji.

—Entra —pidió, necesitada.

Minji pareció quedarse en blanco.

Danielle comprendió.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 20 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝖽𝖾𝗅𝗍𝖺 ♥︎!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora