7. Apodos

33 5 0
                                    

—Estos idiotas se creían mejores que nosotros.— se burló Samatoki mientras sacaba un cigarrillo y le ofrecía uno a Sasara. Este, lo tomó sin dudarlo, y antes de encenderlo, su vista se desvío a la entrada de aquel callejón.

Una chica de larga cabellera pasaba con tranquilidad. Sasara sonrió enderezandose y camino hacia allá.

—¿A donde vas? Ni siquiera está encendido tu cigarrillo.— gritó Samatoki.

—Ya vengo.

Salió del callejón y miró en dirección a dónde la chica se había ido, notando que entró a una tienda de conveniencia.

Se dirigió a esa tienda y entró buscándola. Su altura debía ayudarlo en algo. Se paseó entre los pasillos pero nada. ¿Había sido una ilusión?

—Descuida. Ya luego me lo pagarás.

—Gracias, gracias. ¡Eres la mejor!— volteó ante aquella conversación y la vio acomodándose una bata del lugar. Ahí trabajaba.

Se acercó despacio mientras la miraba y por fin obtuvo su atención. Ella le sonrió y fue su perdición.

—Buenas tardes. ¿Encontró todo lo que buscaba?

—Hum...— murmuró buscando en la caja —No, de hecho no. No veo en ningún lado tu número de teléfono.— ella soltó una risa.

—Eso no está a la venta.

—¿Que tal un encendedor?— dijo mostrándole su cigarrillo. Ella hizo una mueca y buscó uno en su lugar. Lo pasó por el lector y lo miró.

—100 yenes, por favor.

—Me llamó Sasara.

—Ah... es un gusto, Sasara. Aún son 100 yenes por tu encendedor.— él hizo una mueca y buscó el dinero para dárselo. Ella hizo el cobro correspondiente y le entregó su ticket.

—¿No debes de decirme "vuelva pronto"?

—Ah... Supongo. Pero, ¿Puedes darme permiso? Hay más clientes esperando— dijo señalando la fila. Él rio y se apartó.

—¿Entonces de tu número no hablamos?— ella simplemente lo ignoró, pero no. Ahí no iba a terminar la cosa.

A los pocos días, Sasara regresó acompañado de Samatoki.

—¿Qué diablos hacemos aquí? ¿Qué planeas comprar?

—¿No quieres nada?— Samatoki de inmediato se dirigió a la caja, pidiendo un paquete de cigarrillos.

—Hey~... ¡Hola!— saludó Sasara a la chica. Luego de espiar que días ella estaba atendiendo en la tarde, decidió aplicar su jugada.

—Hola, buenas tardes. ¿Encontraron todo lo que buscaban?

—Si, pero aún me sigue faltando algo, ¿Sabes?

—¿Huh?

—¿No te acuerdas de mi?— la chica lo miró confundida.

—Ah... El chico del número celular, ¿No? Hum... Satoru. No, ¿Satoshi?— Samatoki se burló.

—Sasara.

—Oh, claro. Lo siento. Sasara.

—Ah~... Olvidaste mi nombre— dijo haciéndose el ofendido —¿Sabes cómo puedes compensarlo? Dándome tu número de teléfono.

—Agh, idiota. No le hagas caso.— dijo Samatoki dejando un par de billetes arriba del mostrador y se lo llevó.

La chica no pudo evitar reír ante la escena.

FLUFFTOBER 2024 | HYPMICWhere stories live. Discover now