9. Flores.

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—Buenos días, gracias por llamar a Brillant, mi nombre es ________, ¿Cómo puedo ayudarle?— habló la chica con voz dulce una vez que levantó el teléfono para contestar.

—Hola Fortuna mia.

—¿Daisu?— soltó una risa —¿De dónde me estás marcando? ¿Ramuda te prestó su teléfono?

—Nop. De hecho, fui al casino y gané unas cuantas monedas. De inmediato vine a un teléfono público para decirte que te amo mucho y pensar en ti me dió suerte.

—Daisu~... Ya te dije que yo no te doy suerte. Solo... ganas al azar.

—Hum... No creo. Como sea. ¿Que tal va tu día? ¿Tienes planes para esta noche?

—¿Que planes tienes tú?

—Jugaré unas rondas más, esperando ganar un par de yenes y poder llevarte a caminar por Shibuya mientras comemos un dorayaki.

—Okay, me agrada tu idea. Estoy por salir de mi turno, que tal si vienes por mi y yo invito los dorayakis está vez.

—¡Nena!— se quejó —Quiero invitarte algo yo. Nunca puedo, y sé que hoy tendré suerte. Está llamada es la prueba.

"Su tiempo de llamada está por terminar. Si le gustaría sumar 30 segundos a su llamada, por favor, inserte 50 yenes"

—¡Diablos!— se quejó y ella rio —No tengo más dinero. Te amo, te amo, em... Iré a recogerte más tarde, ¿Si?— ella rio.

—Si, Daisu. Aquí te veo. Y no te preocupes si no ganas en el pachinko. Yo te compraré tu dorayaki sin importar qué.

—Eres la mejor. Te amo. En cualquier momento estoy se cortará. Te amo, ¿Ok?

—Tambien te amo, Daisu. Nos vemos más-...— y la llamada terminó. Soltó una risa y continúo con su trabajo.

Eso era algo que amaba de Daisu con locura.

Siempre la llamaba. Aunque sea un corto minuto al día, siempre que encontraba o ganaba monedas eran para llamarla por un teléfono público de Shibuya. Muchas veces las conversaciones eran como esa, otras tantas era sobre alguna aventura que Daisu había tenido durante el día.

Siempre había de que hablar.

Daisu una vez que colgó se estiró y regresó al casino, dispuesto a ganar un par de yenes que le permitieran invitarle aunque sea algo pequeño a su novia. Se sentía con suerte. Sin duda la tenía...

Pero el pachinko no pensaba lo mismo.

El dinero que había ganado y reinvertido, ya no regresó. Por supuesto se peleó con la maquina, razón por la cual lo sacaron del casino. Suspiró rendido y caminó por la calle hasta que se topó un reloj.

En 22 minutos saldría su novia, así que claro ahora su camino cambió de dirección.

Para llegar a su trabajo, debia cruzar por un parque. Mientras iba por el sendero, vio un par de brotes de flores moradas que claro, no dudó en agacharse a cortar.

Si ella le iba a comprar comida, lo menos que él podía hacer era llevarle un detalle, ¿Y que mejor que flores?

—Te van a arrestar por estar haciendo eso.— el comentario claro lo asustó y soltó de inmediato las flores que ya tenía —Bueno, eso era una mentira.— al escuchar tan característica frase, volteo a verlo.

Gentaro, acompañado de un libro en el que ocultaba su rostro, lo miraba divertido desde su altura. Dice seguía agachado, y al confirmar que se trataba de su amigo el escritor, volvió a recoger con cuidado las flores que antes había cortado.

—Oi, Gentaro. No me asustes así, mucho menos si es una sorpresa para ________.

—¿Piensas darle esas flores a _______? Dios mío, Daisu... No me sorprendería que un día de estos llegues triste al taller de Ramuda diciendo que ella te dejó.

—¡Oí! ________ no haría eso. Ella me ama, y yo a ella.

—¿Pero recibirte las flores de un parque? Entendería perfectamente porque te dejó.— Dice río levantándose. Ya había terminado de cortar sus flores

—Algún día, Gentaro. Vas a enamorarte, y entenderás que no importa el objeto en si, sino la intención. Te veo más tarde, porque ahora, iré a recoger a mi novia.— dijo con una sonrisa y continuo su camino.

Gentaro se quedó curioso, no era normal que dijera cosas tan... Profundas.

Él sabía, presentía, que su amigo en cuálquier momento se quedaría solo, y por alguna extraña razón, creyó que ese era el día.

Siguió a Daisu con cautela y lo vio detenerse frente a aquel edificio donde la chica trabajaba. Esperó escondido un par de minutos, hasta que notó la gran sonrisa de Daisu y como este cada vez se acercaba más a la puerta. Logró divisar a la chica y el gran abrazo con el que recibió a Daisu.

—Perdí. Pero, no quise venir sin nada y...— Daisu le mostró su pequeño y nada preparado ramo de flores, y ella, al instante soltó un ruidito de ternura y se acercó a besar su mejilla mientras recalcaba lo lindo que aquel detalle le parecía.

La pareja entrelazó sus manos y emprendieron su camino, mientras Gentaro por su lado, en silencio, disfrutaba la melosidad de aquella pareja. Seguramente hasta una escena para su novela le surgia.













































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Creo firmemente en que Gentaro es chismoso con el único fin de escribir sus novelas. Tengo pruebas, y cero dudas xd

ES QUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE LA IDEA DE DAISU CORTANDO FLORES DEL PARQUE PARA SU NOVIA ES MARAVILLOSA 😭🤌

Espero les haya gustado como a mi 🥰✨

-Choki.🎤

FLUFFTOBER 2024 | HYPMICWhere stories live. Discover now