07 ⟩ Emoción.

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Al día siguiente, como dijo Jeongin, fue a visitar a su mejor amigo por la mañana para ver cómo estaba.

Fue atendido con gusto por sus padres, a pesar del dilema de ayer, y desde allí, estuvo en la habitación del pelinegro, quien tenía un dolor de cabeza considerable.

Se tomó el tiempo de comprar unas pastillas antes de ir para que se le pasara la resaca lo más pronto posible.

Hacía calor, estaba sudando, y al único que tenía a un lado era a su mejor amigo, inclinado hacia él con una mano en su frente. El ambiente se llenaba del fresco olor a menta que Jeongin esparcía, y esto no le molestaba del todo a Seungmin, es más, se sentía más tranquilo.

—No deberías beber tanto.

—Perdón... No me controlo con las margaritas.

—Sólo a Minho se le ocurre ir a un bar a esas horas de la tarde— alegó, rodando los ojos.

Jeongin bajó la mirada hacia el chico acostado a su lado, despegando un poco su mano de su frente para tocar los mechones oscuros que apenas reposaban sobre su frente. Debido al sudor, se empaparon. Se encargó de moverlos un poco hacia los lados, descubriendo su frente.

Seungmin mostró una pequeña sonrisa, que lo hizo volver a la realidad. Ambos estaban transpirando, y el olor a durazno se empezaba a mezclar con el propio.

—Me gusta que te preocupes por mí... Gracias.

—No es nada— respondió, casi susurrando. Tuvo que aclarar su garganta antes de seguir— Que no vuelva a pasar. ¿Qué tal si te embriagas, y alguien más te lleva?

Seungmin comenzó a reír.

—Por Dios, eso no puede pasar.

—Claro que sí. ¿Sabes lo fácil que es tomarte por la cadera y levantarte? Cualquiera te podría secuestrar— bromeó.

—Cállate, tonto. Para algo te tengo a tí, para que me protejas...— se quedó unos segundos viendo los ojos rasgados de su mejor amigo, hasta que pestañeó dos veces y prosiguió.— Bueno, mientras conozco a mi pareja predestinada.

—... Claro, más vale. Si no te cuida bien, te pierdes por la calle.

—Ja... Tonterías...

Al ver que Jeongin no iba a responder nada, Seungmin paró de reír y más bien dejó que su sonrisa se desvaneciera. El alfa no le quitaba la mirada de encima, por lo que Seungmin decidió imitarlo. Estaban haciendo contacto visual en silencio.

Suavemente, Jeongin desplazó la mano que tenía sobre el rostro del omega, hasta que rozó la mano ajena con la yema de sus dedos.

Por más que quisiera entrelazar sus dedos, estaban de lados contrarios, por lo que no podría. Sólo le quedó reposarla sobre su palma.

Al volver la atención a sus ojos, notó como Seungmin tenía una mirada indescifrable, pero brillante como siempre.

Hacía calor en esa habitación, y peor aún, que estaba la puerta cerrada. El dulzor del aroma del omega estaba comenzando a empalagar al alfa, por muy acostumbrado que estuviera. Ese era un caso diferente.

Jeongin se sentía fuera de sí, como si no pudiera pensar con claridad.

De forma lenta, pasó su mano derecha a un lado del torso de Seungmin, haciéndolo quedar entre sus brazos. No sabía si su intención era acostarse a su lado, así que sólo lo miraba fijamente con sus ojos ovalados.

—Min...

—¿Sí?— dejó escapar de sus labios.

Antes de que respondiera, tocaron la puerta dos veces. Inmediatamente, Jeongin retrocedió.

—A- ¡Adelante!— respondió Seungmin, sentándose sobre su cama.

La puerta se abrió, revelando que era la madre de Seungmin, que sostenía una bandeja con dos vasos de leche y unas galletas recién horneadas.

—Uff, chicos, ¿por qué se encierran? El calor está molesto estos días.

—Mmh... Me dió pereza levantarme, ma.

—Está bien. Jeongin, cariño, recíbeme esto. Les traje para que piquen algo mientras hago el desayuno.

El alfa se colocó de pie, y como dijo la mujer, recibió la bandeja y retrocedió para colocarla sobre la pequeña mesa de noche que tenía Seungmin en su habitación.

—Muchas gracias, señora Kim.

—No hay de que. Si me necesitan, estaré en la cocina.

Jeongin hizo un pequeño gesto antes de que la omega se fuera y cerrara la puerta de nuevo. El pelirrojo suspiró y tomó los vasos, pasándole uno a su amigo.

—Sí hace mucho calor, mejor dejemos la puerta abierta.

—Sí... Ábrela— contestó el omega.

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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