Capítulo 10

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Atención esta parte tiene escenas explícitas +18. Si te incomoda por favor salta esa parte. 

Eddie supo que Butterfly se dio cuenta de que la conocía por la cara que puso.

—No tienes que hacer nada si no te sientes cómoda, podemos seguir hablando.

—No estoy incómoda. Es mi trabajo.

—¿Hablar conmigo es trabajo?

—Me refiero a que no me incomoda hacer estas cosas y me gusta hablar contigo. No se siente como trabajo.

—A mi también me gusta hablar contigo.

—¿Por qué piensas que huelo dulce?

—Eres una chica dulce, tu aroma debe ser igual.

Butterfly pensó por un momento pedirle dejar que lo viera pero temía que con esto las visitas terminaran además había fantaseado con su voz muchas veces, más de las que le gustaría admitir.

—Bueno, tú ganas. ¿Quieres que te enseñe mis juguetes para que me digas cual usar?

—Claro.

Butterfly abrió los cajones que tenía a un lado de la cama y le iba mostrando cada juguete y le decía como funcionaba. Después de que Eddie hizo su elección Butterfly guardó lo demás y se sentó en la cama.

—Desterrado, ¿qué es lo que quieres que haga?

—Quítate la playera y la falda— Eddie soltó un pequeño gemido al ver a Butterfly en ropa interior.

—¿Ahora?

—Desliza los tirantes de tu sostén lento, gira para que lo desabroches— Butterfly se quitó el sostén y lo dejó caer a un lado. —Acaricia tu cuerpo mientras tus manos bajan para deslizar tus bragas lento por tus piernas.

Para Butterfly no era nuevo que los clientes le dijeran que hacer y que su cuerpo respondiera a eso pero esta era la primera vez que dejaba que su mente sucumbiera a la lujuria que destilaba la voz de Eddie.

—Gira lento.

Eddie se quedó sin aliento en cuanto la figura desnuda de Butterfly quedó frente a él. Deseaba más que nunca que ella pudiera verlo, que viera lo que su cuerpo provocaba en él.

—Dime que más puedo hacer por ti Desterrado.

—Recuéstate en la cama, abre esas hermosas piernas para mí y quiero que acaricies tus pechos.

En lo que Butterfly hacía lo que Eddie le pedía este fue a sentarse al sofá y abrió la mesa que estaba a su lado para ver que había.

La luz del cuarto iluminaba perfectamente a Butterfly quien empezó a acariciar sus pechos estrujarlos con firmeza y tirando de sus pezones que estaban completamente erectos.

Cuando Eddie volvió a ver a Butterfly pudo ver como su excitación brillaba entre sus piernas.

—Eres tan hermosa. Eres perfecta.

Butterfly estaba perdida ante las palabras de Eddie.

Todos los clientes que había tenido solo la veían como un objeto pero con lo que Eddie le decía y la forma en que lo hacía era claro para ella que era diferente con él.

—Agarra el Lush y pásalo entre tus piernas, acaricialo con tu excitación. Hazlo como si fueran mis dedos recorriendo tus labios.

Y así lo hizo, recorriendo lentamente su entrepierna presionando un poco más cuando pasaba por su manojo de nervios.

A través del espejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora