✨🌙En el Silencio de la Luna🌙✨

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**Capítulo 2: Los Ecos del Silencio**
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La luna llena, siempre presente en el cielo nocturno, brillaba con intensidad sobre los terrenos de Hogwarts. Su luz pálida iluminaba los pasillos y las torres de la imponente escuela secundaria, proyectando sombras alargadas que parecían danzar en las paredes de piedra. El ambiente en el interior de la escuela, aunque aún nuevo y vibrante, había comenzado a adquirir un ritmo propio, donde los estudiantes ya no eran simplemente desconocidos. Los primeros lazos de amistad y rivalidad se formaban lentamente, dando forma a las vidas de aquellos que, hasta entonces, habían vivido en mundos separados.

Sirius Black, junto a James Potter, se había asentado rápidamente en la vibrante vida social de Hogwarts. Su presencia magnética y la facilidad con la que se movía por los círculos sociales lo convertían en el centro de atención en cualquier lugar que pisara. Sin embargo, su popularidad no era fruto únicamente de su apellido ni de su apariencia. Era su energía arrolladora, su capacidad para inyectar vida en cualquier conversación, lo que lo hacía destacar. Donde iba Sirius, el bullicio lo seguía.

James Potter, su inseparable compañero de travesuras, era su igual en todo sentido. Siempre a su lado, James lo complementaba con su propio carisma y un sentido del humor que hacía que, incluso en las situaciones más tensas, se pudiera escuchar una risa o un comentario sarcástico. Ambos ya habían forjado un vínculo irrompible, basado en la confianza y en una visión compartida del mundo. A pesar de su juventud, juntos se movían por Hogwarts como si el lugar les perteneciera.

Pero no estaban solos. A su círculo se habían unido otros dos estudiantes, que en un principio habían parecido tímidos, pero cuyo valor y lealtad pronto los hicieron destacar. Remus Lupin, un joven de rostro amable y ojos algo cansados, había captado la atención de Sirius y James por su inteligencia y naturaleza tranquila. Aunque Remus solía mantenerse al margen de las travesuras más extremas, siempre estaba dispuesto a apoyarlos en sus aventuras, y su aguda mente les ayudaba a salir de más de un apuro.

Peter Pettigrew, en cambio, era más reservado, casi como si intentara no ser visto. Era pequeño en estatura y nervioso por naturaleza, pero su admiración por Sirius y James era evidente. Aunque al principio había parecido tímido, poco a poco fue ganando confianza, mostrándose siempre dispuesto a seguir las ideas más alocadas de sus amigos, aunque a veces con una pizca de nerviosismo en sus ojos.

Así, los cuatro comenzaron a formar el núcleo de un grupo que no tardaría en dejar huella en la historia de Hogwarts. Sirius, James, Remus y Peter se hacían inseparables, y aunque las clases y los estudios eran parte de sus días, su verdadera pasión residía en explorar los rincones más oscuros y ocultos de la escuela. Las noches se convertían en su campo de juego, donde ideaban planes y se aventuraban por los pasillos desiertos, siempre en busca de alguna nueva aventura.

Mientras tanto, en una parte distinta de Hogwarts, Severus Prince (como había decidido presentarse) se mantenía apartado de la energía explosiva de los merodeadores. Aunque observaba desde las sombras, no se dejaba intimidar por las risas y la popularidad de Sirius y James. Para Severus, su enfoque estaba en sus estudios. Sabía que su inteligencia y habilidad para el análisis lo separarían del resto de los estudiantes. Y aunque no tenía el carisma social que Sirius irradiaba, poseía una determinación silenciosa que pocos podían igualar.

Sin embargo, Severus no estaba completamente solo. En las semanas que siguieron al comienzo de las clases, había encontrado en Lucius Malfoy y Barty Crouch Jr. una especie de compañía que, aunque distante, se tornaba en una amistad peculiar. Lucius, con su porte elegante y su aguda ambición, parecía el tipo de persona que siempre calculaba cada movimiento, cada palabra. Barty, por su parte, era más impredecible, con una energía que a veces rozaba lo inquietante, pero siempre leal a los pocos que consideraba sus iguales.