El Helado De La Discordia

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Resulta que el examen no resultó ser tan pesado como Morgie pensaba que iba a serlo, fue de hecho incluso algo terapéutico para él pues el examen le limpió la mente de los tormentosos pensamientos que ha estado teniendo desde la discusión con Uliana. Morgie fue de los primeros en terminar, solo después de Winnifred, Maléfica y Uliana.

Para cuando salió del salón, Maléfica y Uliana se habían ido, Winniefred seguía esperando a sus hermanas y Morgie optó por irse a caminar un poco por el jardín de la escuela mientras esperaba a que el horario de la primer clase terminara para reunirse aunque sea un momento con James antes de su siguiente clase.

En cuanto salió al jardín dio un par de pasos, sintiendo el aire fresco de la mañana golpearlo en el rostro y ese mero toque le hizo sentir un ligero mareo. Cerró sus ojos y los sintió cambiar, lo que sentía cada que quería hacer su truco de los ojos de serpiente. Fue algo involuntario, algo raro pues eso había dejado de ocurrir hace años.

Al abrir los ojos miró todo muy distinto, con el cielo teñido de un rojo intenso y observó una carta de póquer volar rápidamente en su dirección.

—¡Morgie!

Al oír el gritó, cerró sus ojos de nueva cuenta y al abrirlos todo volvía a verse como lo era normalmente. En cuanto giró para ver quien gritaba, observó a James acercarse.

—A veces pareces sordo, Morgie, te estuve hablando desde lejos —Hook explicó.

Morgie parpadeó un par de veces, todavía tratando de procesar lo que acababa de ver. ¿Había sido real? ¿O solo un efecto de la fatiga? De cualquier manera, ahora no tenía tiempo para pensar demasiado en ello, ya que James estaba justo frente a él, mirándolo con impaciencia.

—¿Estás bien? —Preguntó James, notando que Morgie se veía un poco pálido.

Morgie sacudió la cabeza, forzando una sonrisa.

—Estoy bien —Respondió rápidamente, intentando minimizar el episodio—. Solo... Me mareé un poco porque el Sol me dio de frente. Nada grave.

James alzó una ceja, claramente no muy convencido, pero no insistió. En cambio, se cruzó de brazos, mirándolo fijamente.

—Bueno, si tú lo dices. Pero si vuelves a quedarte sordo cuando te llamo, voy a empezar a pensar que lo haces a propósito —Bromeó, tratando de aligerar el ambiente.

Morgie soltó una risa ligera, agradecido de que James no presionara más el tema.

—¿Tenemos historia ahora? —Preguntó James, cambiando el tema.

—Ojalá... —Morgie respondió en voz baja.

—¿Qué dijiste?

—Que sí, sí tenemos historia —El hechicero dijo, acomodándose su camisa.

—Pues vámonos —James le dedicó una pequeña sonrisa y el corazón de Morgie se aceleró como un loco, latiendo a un ritmo del qué incluso el profesor de música estaría celoso.

—¿Vas a seguir haciéndome caminar solo? —Preguntó James con un tono burlón, mientras comenzaba a avanzar hacia el edificio principal.

Morgie se sacudió la distracción y lo siguió, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza a cada momento que pasaba con James. Y... Eso ya era algo común.

Ya era común sentir su corazón desbocado de esa manera cuando se trataba de James, pero era muy cobarde como para abordar ese tema y era algo que lo consumía por dentro. Y era algo también qué le encantaría hablar con alguien más, pero sus amigos no eran la mejor opción para hablar de esos temas.

The Changed DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora