Parte 01.

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Anthony Sánchez era un niño lleno de energía y creatividad

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Anthony Sánchez era un niño lleno de energía y creatividad. Desde pequeño, siempre había sentido una conexión especial con el mundo del maquillaje y la moda. A pesar de que sus amigos a menudo jugaban a cosas consideradas "masculinas", Tony pasaba horas explorando los colores, los brillos y las texturas de los productos de belleza que había encontrado en casa.

Un día, mientras su madre se preparaba para una fiesta, Tony se sintió atraído por su colección de maquillaje. Con una chispa de emoción, decidió probarlo. Se pintó los labios de rojo brillante y se aplicó un poco de sombra de ojos. Cuando su madre lo vio, en lugar de sorprenderse o reñirlo, sonrió y le preguntó si quería aprender más.

Laura y Miguel siempre habían apoyado a su hijo en su búsqueda de identidad, y en ese momento decidieron que era el momento perfecto para mostrarle que podía expresarse como quisiera. Organizaron una tarde de maquillaje juntos, donde su madre le enseñó técnicas y trucos. Tony se sintió feliz y libre; ese momento reforzó su deseo de ser niña y explorar su verdadero yo.

Con el tiempo, comenzó a compartir su pasión por el maquillaje en las redes sociales, pero como no todos son como sus padres, comenzó a recibir diversos comentarios que lo lastimaban emocionalmente.

Sus ánimos bajaron, sus ganas de seguir también, entonces borró todos sus videos, dejando su cuenta en blanco.

Él pensó que todos serían como sus padres, pero eso lo hizo abrir los ojos y darse cuenta de que la sociedad aún no está preparada para este tipo de cambios.

- Tony - Llamó su madre a la puerta. - Te traje algo, bebé - Y entró.

- No quiero nada, mamá - dijo el adolescente de tez Morena.

- ¿Seguro? ¿Y el gloss de manzana que me pediste? - Dijo y Tony levantó la cabeza, dejando ver los rastros de lágrimas en su rostro.

- ... Gracias, ma. Pero no lo quiero. - al decir esto, la sonrisa de Laura se borró.

- ¿Por qué no? - preguntó con tristeza.

- Es que... Las personas dicen que eso está mal, lo que hago está mal, que yo estoy mál y... Yo no quiero estar mál, mamá. - lágrimas cayeron de sus grandes y hermosos ojos.

- Escuchame Anthony Sánchez, no tienes que llevarte de lo que dice la gente, oíste?. No quiero que seas como el 90% de está población, que aparentan algo que no son sólo porque la sociedad dice que eso no está bien. - Secó las lágrimas de su hijo. - Quiero que recuerdes esto. Cuando la sociedad te pague aproximadamente 100 millones de pesos, ¿Que pesos? Dólares, te va a importar su opinión. Mientras, que te valga un tubo y siete llaves lo que digan o piensen. Se tú sobre todas las cosas, lo que quieras hacer, decir, sentirte, pensar y actuar. No seas como ellos quieren que seas y si en algún momento te veo llorando otra vez por eso, te mando la chancleta atrás, ¿bien? -. Tony rió por la amenaza de su madre y la abrazó.

- Está bien, mamá.

- Te amo, mi niño y sabes que tu padre y yo estamos aquí para apoyarte.

- Si.

- Bien, ahora toma, pruébalo, voy hacer tu modelo. Pero primero voy hacer una llamada. - Laura salió cerrando la puerta y marcó el teléfono. - Hola, Loren. No voy a poder acompañarte, tengo algo más importante que atender. - se escuchó un silencio que a Tony le pareció que preguntara "Que es más importante que esto".

- Mi hijo. Mi hijo es más importante que eso, así que te hablo al rato. - Entonces cuelga la llama y vuelve a entrar a la habitación con una gran sonrisa.


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Sin Pedir Permiso ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora