Después de aquella noche en la fiesta de Duki, todo cambió entre TN y Nicki Nicole. Lo que empezó como un beso en medio del dolor se transformó en algo más, algo que ninguno de los dos había planeado, pero que ahora sentían que no podían evitar. Durante los días siguientes, habían pasado todo el tiempo posible juntos, robándose momentos entre las responsabilidades de sus respectivas carreras. TN, a punto de regresar a Madrid para seguir con la temporada, y Nicki, con sus compromisos musicales en pleno auge, parecían estar en un torbellino de emociones, atrapados en una burbuja donde el tiempo no parecía importar.
Cada encuentro era un destello de intensidad. Las noches en las que Nicki se quedaba en su apartamento, riendo y conversando hasta la madrugada, sus paseos discretos por la ciudad en los días libres, o simplemente las horas en las que se quedaban en silencio, disfrutando de la presencia del otro. Parecía irreal que hubieran conectado tan rápido, pero al mismo tiempo, todo encajaba de manera natural.
El último día en Argentina llegó más rápido de lo que TN esperaba. Aunque había tenido que estar en contacto constante con su equipo en Madrid, logrando equilibrar su vida profesional, las horas que había pasado con Nicki hicieron que su estancia en Buenos Aires se sintiera breve. Ahora, mientras preparaba su maleta para el vuelo de regreso, un nudo de incertidumbre comenzaba a formarse en su estómago.
Estaba en su apartamento, colocando las últimas prendas en la valija, cuando escuchó el timbre. TN sabía perfectamente quién estaba del otro lado de la puerta. Al abrir, Nicki apareció frente a él, con una mezcla de emoción y tristeza en su mirada. Llevaba un suéter grande, el cabello suelto y una sonrisa que intentaba ocultar lo que realmente sentía.
—Listo para volver a la realidad, ¿no? —preguntó ella, entrando al apartamento y observando la maleta abierta sobre la cama.
—Sí, aunque no sé si estoy listo del todo —respondió TN, rascándose la cabeza. —Estos días fueron... distintos. Buenos. No me quiero ir, pero sabes cómo es esto.
Nicki asintió, acercándose a él. En los días que habían compartido, nunca hablaron sobre qué pasaría después. Sabían que el momento llegaría eventualmente, pero ninguno de los dos quería enfrentarlo. La distancia entre Madrid y Buenos Aires era más que una simple distancia física. Era una barrera que ponía a prueba lo que fuera que tuvieran.
—Lo sé. Y estoy feliz de que te hayas quedado un poco más —dijo Nicki en voz baja, mientras sus dedos jugaban con el borde de su suéter. —¿Vas a estar mucho tiempo en Madrid antes de que tengas un descanso?
TN suspiró, sabiendo que la respuesta no era lo que ella quería escuchar.
—La temporada sigue. Puede que vuelva en unos meses, si hay una pausa, pero todo depende de cómo vaya el equipo —explicó, con una mezcla de frustración y resignación. —El calendario siempre está lleno.
Nicki se sentó en el borde de la cama, mirando la maleta de TN como si fuera el símbolo de todo lo que estaba a punto de perder.
—¿Y nosotros? —preguntó de repente, rompiendo el silencio. Había un tono de vulnerabilidad en su voz que TN nunca había escuchado antes. —¿Qué pasa con nosotros, TN?
TN se quedó en silencio, sin saber exactamente cómo responder. Lo que habían compartido era real, intenso, pero también sabía que sus vidas eran complicadas, cada una con su propia agenda. Él era uno de los jugadores jóvenes más importantes en el Real Madrid, y Nicki estaba en el pico de su carrera musical. Ambos estaban acostumbrados a la presión, pero las relaciones eran otra cosa.
—No lo sé, Nicki —admitió finalmente, sentándose junto a ella. —No quiero perder lo que tenemos, pero sé que va a ser difícil. No puedo mentirte.
