🗡️ Kimetsu No Yaiba (Demon Slayer) 🗡️ 🍋 ONE SHOTS LEMON 🍋

🐍𓄹 ⊱ ✦ ╰ ✧ 𝓞𝓫𝓪𝓷𝓪𝓲 𝓘𝓰𝓾𝓻𝓸

𝓛𝓮𝓶𝓸𝓷 𝓒𝓸𝓷𝓽𝓮𝓷𝓽:
    𝒞𝑜𝓃𝓉𝑒𝓃𝒾𝒹𝑜 𝓈𝑒𝓍𝓊𝒶𝓁.

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𝐸𝓁𝓁𝒶/𝐿𝒶
𝓨𝓾𝓷𝓪 𝓗𝓪𝔂𝓪𝓼𝓱𝓲

Descripción:
Cabello largo y liso de color rosa claro. Tus ojos son grandes y de color gris plateado. Llevas pequeñas cintas atadas en tu cabello, además de un collar con un medallón de cerezo.

Respiración:
Respiración de la Flor de Cerezo.

𝓑𝓮𝓯𝓸𝓻𝓮 𝓕𝓲𝓷𝓪𝓵 𝓢𝓮𝓵𝓮𝓬𝓽𝓲𝓸𝓷 𝓐𝓻𝓬
(𝒜𝓃𝓉𝑒𝓈 𝒹𝑒𝓁 𝒜𝓇𝒸𝑜 𝒹𝑒 𝑅𝑒𝓈𝑜𝓁𝓊𝒸𝒾ó𝓃 𝐼𝓃𝓆𝓊𝑒𝒷𝓇𝒶𝓃𝓉𝒶𝒷𝓁𝑒)

‧₊˚ ⋅♡𓂃 ࣪ ִֶָ୧.

El sonido del canto de las aves fue lo primero que te conectó de nuevo con la realidad. Abriste los ojos lentamente, y el mundo se sintió ajeno. El viento susurraba, pero parecía distante, como si no te reconociera después de tanto tiempo. Sentías tu cuerpo más débil, como si cada parte de ti tuviera que recordar cómo moverse, cómo existir. Intentaste levantarte, pero las piernas te fallaron, tambaleándote hasta caer de rodillas.

No puedes ni siquiera caminar correctamente... después de todo este tiempo.

La voz que escuchaste era fría, pero no desconocida. Levantaste la vista, y frente a ti estaba Obanai Iguro. Sus ojos penetrantes te observaron con esa mezcla de desconfianza y análisis que siempre lo caracterizó. La serpiente blanca sobre su hombro se movía lentamente, como si también te estudiara. No recordabas el momento exacto en que te habías topado con él antes, pero sabías que era un Pilar. Y ahora, era tu único contacto con el mundo exterior.

Has estado dormida durante años —continuó él, sin apartar la mirada—. Algunos pensaron que no volverías.

Esas palabras golpearon fuerte. Años. No meses, ni semanas. Años. Sentías un vacío en tu pecho al intentar recordar los detalles antes de caer en ese profundo sueño, pero todo lo que te llegaba eran fragmentos difusos de combates, el sonido de tu respiración de la Flor de Cerezo, y luego... oscuridad.

¿Por qué... estoy aquí? —Preguntaste en voz baja, aunque apenas reconociste tu propia voz. Había perdido firmeza, como si no fuera más que un susurro atrapado en el viento.

Obanai te ignoró por un momento, y comenzó a caminar, esperando que lo siguieras. A regañadientes, te forzaste a levantar nuevamente. Cada paso era un desafío, pero no podías quedarte atrás. Intentabas apoyarte en las paredes.

Cuando despertaste, te encontré casi por accidente. Nadie sabía si sobrevivirías o si serías útil de nuevo —dijo, con la misma dureza—. Pero dado que conocías la respiración, te asignaron a mí. Es mi responsabilidad asegurarte de que no te conviertas en una carga.

El tono frío de sus palabras escondía algo más profundo, una barrera que no podías leer del todo. ¿Era resentimiento? ¿Desconfianza? O tal vez, simplemente era su manera de lidiar con la situación.

Mi respiración... —murmuraste, recordando vagamente el patrón de tus movimientos, los pétalos cayendo a tu alrededor cuando luchabas. Todo aquello se sentía distante, como una vida que ya no te pertenecía.