Con la luz tenue guiándolos, el grupo se acercó a la puerta que había aparecido de la nada. La puerta era antigua, de madera maciza, y parecía estar hecha para resistir el paso del tiempo. Sin embargo, ahora era su única esperanza.—¿Estamos seguros de que esto no es una trampa? —preguntó Seungmin, mirando a sus amigos con preocupación.
—No tenemos mucho tiempo para decidir —respondió Bangchan, con determinación. Sus dedos temblorosos encontraron el pomo de la puerta y lo giró lentamente.
Cuando la puerta se abrió, una corriente de aire frío y seco salió de la habitación, como si estuvieran abriendo una tumba olvidada. Al otro lado, un pasillo largo y estrecho se extendía hacia la penumbra.
—Esto es más oscuro que el resto de la casa —dijo Felix, su voz temblando—. ¿Estamos seguros de que queremos entrar?
—No tenemos otra opción —dijo Changbin, empujando a los demás a seguir adelante—. Si queremos salir, necesitamos encontrar una solución.
Con cautela, comenzaron a caminar por el pasillo. A medida que avanzaban, la temperatura bajaba aún más y el silencio se hacía más denso. De vez en cuando, podían escuchar susurros apagados que parecían flotar en el aire.
—¿Escuchan eso? —susurró Han, deteniéndose y mirando a su alrededor—. Parece que hay algo... o alguien, hablando.
—No lo sé, pero debemos seguir adelante —dijo Bangchan—. Hay algo al final de este pasillo, lo siento.
Cuando llegaron al final del pasillo, se encontraron frente a una gran puerta de hierro forjado. Estaba adornada con intrincados patrones de runas y símbolos, algunos de los cuales se parecían a los que habían visto en la habitación anterior.
—¿Qué hacemos ahora? —preguntó Hyunjin, examinando la puerta con cautela.
—Creo que esta puerta es la clave —dijo Bangchan—. Necesitamos encontrar una forma de abrirla.
Minho examinó los símbolos en la puerta y, recordando las páginas del libro que habían encontrado antes, trató de compararlos.
—Creo que algunos de estos símbolos son parecidos a los del libro —dijo Minho—. Quizá necesitamos una combinación específica.
—Vamos a intentarlo —dijo Bangchan, con confianza renovada. Se acercó a la puerta y comenzó a tocar los símbolos en un patrón que parecía familiar.
A medida que Bangchan tocaba los símbolos, la puerta comenzó a vibrar suavemente, y un resplandor azul emanó de las runas. Los susurros a su alrededor se intensificaron, y una voz resonó en el pasillo.
—Ustedes han llegado lejos, pero no están preparados para lo que viene...
De repente, la puerta se abrió con un estruendoso chirrido. Del otro lado, una habitación aún más grande y opresiva se desplegaba ante ellos. En el centro de la habitación había un altar cubierto de velas encendidas y un libro antiguo, similar al que habían visto antes, pero mucho más grande.
—Este es el último paso —dijo Bangchan, mirando al grupo con determinación—. Lo que sea que esté ocurriendo aquí, necesitamos enfrentarlo ahora.
Se adentraron en la habitación, sintiendo la presión en el aire aumentar. Sabían que estaban a punto de descubrir algo aterrador, algo que podría ser la clave para escapar de esta pesadilla.
Con el corazón en la garganta, se acercaron al altar, dispuestos a desentrañar el misterio y enfrentarse a lo que les esperaba.
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Eco de los Susurros: La Casa Abandonada de la Colina
Paranormal¿Qué harías si una casa abandonada te llamara con susurros que solo tú puedes escuchar? Un grupo de amigos decide explorar una mansión en lo alto de una colina, pero lo que encuentran dentro es más oscuro y aterrador de lo que imaginaban. Secretos o...