CAP 8: EL RITUAL DE LA OSCURIDAD

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El grupo se acercó con cautela al altar en el centro de la habitación

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El grupo se acercó con cautela al altar en el centro de la habitación. Las velas encendidas emitían una luz tenue y vacilante, proyectando sombras inquietantes sobre las paredes. El libro antiguo sobre el altar parecía pulsar con una energía propia, como si esperara ser descubierto.

—No hay vuelta atrás —murmuró Bangchan, observando el libro con preocupación—. Este lugar... parece estar lleno de magia oscura.

—¿Deberíamos abrir el libro? —preguntó Hyunjin, mirando a los demás. Sus ojos reflejaban tanto miedo como determinación.

—Sí, pero tengamos cuidado —respondió Bangchan—. Lo que sea que esté dentro podría ser peligroso.

Bangchan se acercó al altar y abrió el libro lentamente. Las páginas estaban llenas de escritos en un lenguaje antiguo que ninguno de ellos entendía, pero los símbolos y dibujos eran inconfundibles. Entre ellos, había ilustraciones de figuras grotescas y rituales oscuros.

—Esto es... perturbador —dijo Felix, retrocediendo un paso mientras observaba las imágenes—. ¿Qué estamos tratando de hacer aquí?

—Parece que es un tipo de ritual —dijo Minho, señalando una de las páginas—. Algo que... busca abrir un portal o liberar una entidad.

—¿Un portal? —repitió I.N, su voz temblando—. ¿Liberar qué?

De repente, las velas comenzaron a parpadear violentamente y el aire se volvió más denso. La habitación empezó a temblar, y el suelo bajo sus pies se sacudió.

—¡Algo está pasando! —gritó Han, intentando mantener el equilibrio—. ¡No podemos permitir que esto se descontrole!

—¡Busquen una forma de cerrar el libro! —ordenó Bangchan, mientras el libro comenzaba a emanar una luz brillante—. ¡No podemos dejar que este ritual continúe!

Seungmin intentó cerrar el libro, pero una fuerza invisible lo mantenía abierto. Las palabras en las páginas comenzaron a brillar con una luz roja, y el ambiente se volvió más opresivo.

—¡Esto no está bien! —exclamó Hyunjin, mirando hacia el altar—. ¡La entidad debe estar despertando!

Mientras intentaban controlar la situación, una sombra oscura comenzó a formarse en el centro del altar. La figura oscura era indistinta, pero su presencia era aterradora, un presagio de lo que podría venir si el ritual no se detenía.

—¡Rápido! —gritó Bangchan—. ¡Hagan algo!

De repente, la sombra comenzó a tomar forma humana, un ser espectral con ojos brillantes y vacíos. Su voz resonó a través de la habitación, llena de una ira contenida.

—¡Finalmente, alguien ha venido a liberarme!

El grupo se alejó del altar, sintiendo el peso de la entidad que parecía estar ganando fuerza. La luz del libro comenzó a desvanecerse, pero la sombra seguía extendiéndose, amenazando con engullirlo todo.

—¡Debemos detener esto antes de que sea demasiado tarde! —exclamó Bangchan, tratando de pensar en una solución.

En medio del caos, I.N encontró una pequeña inscripción en la esquina de una de las páginas del libro. Aunque no entendía el idioma, las palabras parecían indicar un tipo de encantamiento para revertir el ritual.

—¡Esto podría ser una manera de detenerlo! —gritó I.N, señalando la inscripción a los demás.

—¡Inténtalo! —ordenó Bangchan, mientras la sombra se acercaba más—. ¡Haga lo que sea necesario!

I.N, con la ayuda del grupo, comenzó a recitar las palabras en la inscripción, su voz temblando mientras intentaba seguir el patrón de las letras.

A medida que recitaba, la sombra comenzó a retroceder, y la luz del libro se volvió menos intensa. El temblor en la habitación se calmó y el altar dejó de emitir luz.

—¡Sigan! —dijo Bangchan—. ¡No se detengan!

Finalmente, después de un esfuerzo agotador, las sombras se desvanecieron y el libro se cerró de golpe. La luz de las velas se apagó, y la habitación quedó en silencio.

—¿Lo logramos? —preguntó Han, mirando a su alrededor en busca de señales de la entidad.

—Parece que sí —dijo Bangchan, respirando con dificultad—. Pero no sabemos si ha sido derrotada o si solo se ha retirado temporalmente.

El grupo se quedó en silencio, exhausto pero aliviado. Sabían que aún quedaba mucho por descubrir, pero al menos por ahora, habían ganado un pequeño respiro. La amenaza había sido contenida, pero la verdadera batalla estaba lejos de terminar.

 La amenaza había sido contenida, pero la verdadera batalla estaba lejos de terminar

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Eco de los Susurros: La Casa Abandonada de la ColinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora