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RHEA



Me despierto una hora antes de que me suene la alarma, pero no me muevo un pelo.

Me quedo mirando al techo, con la mente llena de recuerdos, pero con el alma vacía.

Paso una hora de la misma manera.

En cuanto suena la alarma, me levanto de la cama como un robot, sin estar segura de lo que siento, pero con el nombre de Apollo retumbando en mi cabeza.

De cómo he abandonado ese lugar al que siempre llamé hogar.

Cojo mi móvil, me pongo los auriculares y bajo a desayunar.

Dejo escapar un suspiro cuando veo que todavía no hay nadie despierto. La verdad que me agobia hablar con gente en el desayuno, mucho más teniendo en cuenta que tengo los estatales hoy. Un escalofrío me recorre el cuerpo al recordar lo que pasó ayer.

El grito de Mer, los coches de policía y los de ambulancia, el alboroto. La imagen mental de Kelsey que se me forma cada vez que pienso en ella. Alejo esos pensamientos de mi cabeza, aunque mi subconsciente me dice que nunca me voy a poder librar del todo de ellos.

Pongo en marcha la cafetera en el momento exacto en el que me llega un mensaje de Oliver.

¿Estás desperta?

Antes de que pueda responder a su mensaje, me llega una llamada entrante y por mucho que no me apetezca responder, lo hago, porque es O.

-Buenos días Rhea.

-Hola Oliver. – pongo mi mejor voz, aunque por el silencio detrás de la llamada, me doy cuenta de que seguramente se dé cuenta de que no estoy muy de humor hoy, y eso es un problema teniendo en cuenta el estatal.

-Estoy de camino a tu casa, en quince llego. ¿Estás lista?

-Me acabo de despertar O, estoy desayunando. ¿Por qué no has esperado a que fuese a por ti?

-Suponía que no estarías de humor después de lo que pasó ayer. Estoy más tranquilo si conduzco yo. Pero es tarde, ¿crees que vas a estar lista para cuándo llegue a tu casa?

-Sí, termino de desayunar y me visto. ¿Quieres un café?

-¿Estás haciendo?

-Sí.

-Entonces sí quiero porfa.

-Perfecto.

-Vale, te dejo. Llego en nada.

-Vale, ten cuidado.

Se hace un pequeño silencio.

-¿Rhea?

-¿Humm?

-¿Estás bien?

-No lo sé, pero ahora no quiero hablar de eso, tengo cosas más importantes de las que pensar. – todavía no le he contado nada relacionado con Apollo, no me he sentido capaz, así que se referirá a lo que pasó con Kelsey.

-Vale, te quiero.

-Y yo O. Ahora nos vemos.

Entonces cuelgo el teléfono y vuelvo a reproducir la canción que estaba sonando.

Youth, de Daughter.

Exactamente quince minutos después, se oyen unos nudillos en la puerta principal.

Abro la puerta para encontrarme con los esos ojos y rizos marrones que tan bien conozco.

-No he llamado por si todavía había alguien dormido.

Todos los sitios que nunca visitamosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora