Una vez que mi hermana se durmió, apagué la televisión y la agarré en brazos; llevándola a su cama.
Una vez que la dejé ahí la arropé y subí a mi cuarto, me metí en él y me tumbé en mi cama, cerrando los ojos.
Estaba a punto de dormir, o eso creía.
— ¿Qué prefieres? ¿Acción o romance?
Di un respingo del susto y le miré, me llevé una mano al pecho del susto.
— ¿¡Que haces aquí!?
— Te estaba esperando en el parque para ver las estrellas, pero pude deducir después de esperarte que preferías una película.
Suspiré y volví a tumbarme poco a poco, él seguía mirando la televisión, la cual ya había logrado encender, estaba demasiado impactada.
— ¿"La La Land" o "Mamma Mia!"?
— Eh... La La Land, ¿supongo?
Sonrió y buscó la película hasta que la encontró y la puso, me miró y yo tragué saliva con dificultad, nerviosa.
— ¿Puedo ver el vestido? — preguntó y dejé de prestarle atención a la película y le miré.
— No.
— ¿Por qué? Quiero verlo.
— Por qué no.
Gruñó y puso los ojos en blanco, me volvió a mirar con ojos de cachorro y volví a prestarle atención a la película.
— Por favor.
— No.
— Porfa.
— No.
— Porfi.
— ¡No!
Suspiró y se pasó una mano por el pelo.
— PORFA.
— QUE NO.
Se dio la vuelta, dándome la espalda y yo seguí mirando la película, mirando de reojo a Ethan y sonriendo.
— Me apetece ir a ver las estrellas.
— ¿Qué? ¿Ahora?
— Sí, el nombre de la película me ha dado ganas — mencioné, ya que el título de la película era: "La Ciudad de las estrellas"
Sonrió y se puso en pie en cuestión de segundos, se acercó a mi ventana y bajó sin problemas, aunque a mi me costó un poco más.
Corrimos hacia el parque, riendo y disfrutando de nuestro tiempo juntos.
Llegamos al parque y entramos, corriendo hacia el césped, una vez que encontramos el mejor lugar para ver las estrellas, nos tumbamos.
Sonreí y él me dio un beso en el hombro, cerré los ojos por unos segundos y sentí su olor.
— Mañana nos graduamos, ¿no es increíble? — él asintió, con indiferencia —. ¿No quieres graduarte?
— Es que no te veré todos los días.
Me puse roja, fijé la mirada en el cielo, sintiendo el calor en mi rostro, me relamí los labios.
— Si me verás, quedaremos aquí todos los días, ¿sí?
Sus ojos se iluminaron, mientras que yo le miraba él se mantenía mirando las estrellas.
— Vale.
Nos callamos, hubo un silencio, el cual no nos molestamos en interrumpir, ya que, para mí, ese silencio no era un silencio normal, era un silencio romántico.
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El Verano Que Nos Hizo Inmortales
Teen FictionEthan y Mary son dos compañeros de clase que se gustan mutuamente, pero ninguno ha confesado sus sentimientos. Ethan tiene una enfermedad, pero solo él sabe que probablemente sea degenerativa y peligrosa.