El silencio del ausente
El siguiente día de entrenamiento en Nekoma se sintió diferente. Lev no estaba ahí, y aunque su ausencia al principio no fue algo que llamara mucho la atención, a medida que pasaban las horas, algunos de sus compañeros comenzaron a notar su falta. No era común que Lev, con toda su energía y su entusiasmo de mejorar cada dia más, se perdiera una práctica sin avisar.
—¿Alguien ha visto a Lev? —preguntó Kuroo mientras lanzaba el balón hacia Kenma, quien apenas tenía ganas de responderle al balón .
—No, no hoy. Tal vez solo esté durmiendo —respondió Kenma, restándole importancia.
Yaku, por su parte, no dijo nada al respecto. Aunque no lo admitía abiertamente, la discusión del día anterior seguía rondando en su cabeza. Las palabras de Lev, el estallido de su frustración, la forma en que había perdido el control… todo eso lo había dejado más desconcertado de lo que quería mostrar. Pero tampoco podía dejar que el equipo lo viera afectado, así que se limitó a seguir entrenando como si nada hubiera pasado.
Daki, que también estaba presente como siempre, notó el ambiente tenso que rodeaba a Yaku. Aunque él no había mencionado nada, era obvio que lo ocurrido con Lev había dejado huella .
—Yaku, ¿todo bien? —preguntó en un susurro cuando se acercó durante un descanso—. Te veo algo distraído.
Yaku suspiró, mirando el balón en sus manos. Sabía que eventualmente tendría que enfrentar a Lev, pero la verdad es que no sabía cómo. Había algo en esa explosión de emociones que aún no lograba entender.
—Sí, estoy bien —respondió finalmente, aunque su tono no era del todo convincente.
Al terminar el entrenamiento, Kuroo se acercó a Yaku, notando su distracción y el hecho de que Lev no había aparecido.
—Oye, ¿todo bien con Lev? —preguntó, cruzando los brazos—. Sé que no se pierde un entrenamiento sin razón.
Yaku se tensó ligeramente ante la pregunta, pero se mantuvo neutral.
—No lo sé. Tal vez solo necesitaba un día libre —respondió con indiferencia. Sin embargo, Kuroo no parecía convencido.
—Lev no es de los que se toma "días libres". Es raro que falte sin avisar —comentó Kuroo, levantando una ceja—. ¿Pasó algo entre ustedes después de esa discusión?
Yaku bufó, desviando la mirada hacia el gimnasio vacío.
—Nada que no podamos arreglar. Solo fue una discusión, ya sabes cómo es Lev… emocional —respondió, como si fuera algo sin importancia.
Pero ambos sabían que no era solo eso. Había algo más que no estaba diciendo. Kuroo, siempre perceptivo, decidió no presionar más por el momento, pero la preocupación ya estaba sembrada en su mente.
Los días siguientes no mejoraron la situación. Lev seguía sin aparecer , y su ausencia comenzó a notarse más entre los miembros del equipo. Aunque no todos hablaban abiertamente de ello, la falta de su altura y su presencia ruidosa eran imposibles de ignorar.
—¿Dónde está Lev? —preguntó Yamamoto después de un saque especialmente torpe, mirando alrededor como si esperara que el chico alto apareciera de la nada para corregirlo.
—Eso me gustaría saber —respondió Kuroo, su tono más serio de lo habitual.
Los rumores comenzaron a circular entre los chicos de Nekoma. Algunos pensaban que Lev simplemente se había hartado de los entrenamientos, otros creían que tal vez había tenido algún problema personal. Pero la verdad seguía siendo un misterio.
Finalmente, después de varios días sin noticias de él, Kuroo decidió tomar cartas en el asunto. Durante un descanso en el entrenamiento, se acercó nuevamente a Yaku, quien estaba practicando con Kenma.
—Yaku, esto ya es raro. No hemos sabido nada de Lev desde hace días. Tú lo conoces mejor que nosotros… ¿qué está pasando? —dijo Kuroo, directo como siempre.
Yaku se detuvo, tensando los músculos de los hombros. No quería hablar del tema, no sabía qué decir realmente, pero sabía que no podía evitarlo por más tiempo.
—Luego de esa discusión no volvimos a hablar —admitió finalmente, con los ojos fijos en el suelo.
Kenma levantó la vista de su consola, prestando atención por primera vez a la conversación.
—¿Qué? —preguntó Kuroo, frunciendo el ceño.
Yaku tomó aire, sus pensamientos volviendo a la escena del gimnasio, al grito de Lev, al momento en que todo había salido mal.
—Fue una tontería. Lev estaba frustrado y… bueno, explotó. No sé si tiene algo que ver con eso, pero desde entonces no lo he visto —dijo, dejando que su voz se apagara al final.
Daki, que escuchaba desde la banca, se mordió el labio con nerviosismo. Ella también se sentía responsable en parte por lo que había pasado, pero no sabía cómo intervenir sin empeorar las cosas.
—Tal vez deberías hablar con él —sugirió Kenma, su tono neutral pero directo—. Si no vuelve a los entrenamientos, el equipo se verá afectado. Sabes que es importante, Yaku.
Yaku asintió, aunque no estaba seguro de cómo empezar esa conversación. Sabía que tarde o temprano tendría que enfrentarse a Lev, pero **la idea de hacerlo le provocaba una incomodidad que no podía explicar**.
—Lo haré —respondió finalmente, aunque no estaba seguro de cuándo o cómo.
La verdad era que, por mucho que intentara ignorarlo, había algo más profundo en la pelea que lo había dejado intranquilo. Lev no solo estaba frustrado con los entrenamientos, sino con algo más. Algo que Yaku aún no lograba descifrar. Y cuanto más pensaba en ello, más difícil le resultaba enfrentarse a esa verdad.
Al final del entrenamiento, mientras todos recogían sus cosas, Kuroo le dio una palmada en el hombro a Yaku.
—Habla con él. Lo necesitamos, y tú también. No podemos seguir ignorando esto.
Yaku no respondió, pero sabía que Kuroo tenía razón. Lev estaba desapareciendo, no solo del equipo, sino de su vida, y si no hacía algo pronto, podría perderlo para siempre.
Pero la pregunta que seguía atormentándolo era: ¿qué podía decirle para arreglar las cosas, cuando ni siquiera él sabía lo que realmente estaba mal?
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HEATHER
Fanfiction• Una historia donde nos habla sobre el amor y lo malo que puede llegar a ser varias veces al igual que doloroso y el gran daño emocional que nos causa el no aprender a soltar algo no correspondido • Conan gray-Heather ©Tengo todos los derechos de a...