Desde que tengo memoria, he sabido cuál es mi destino. Mis padres siempre me lo dijeron: "Cuando cumplas 20 años, irás al castillo Grenvender". Desde entonces, solo rezaba en mi habitación para nunca cumplir los 20 años, porque no quería ir a ese lugar tan aterrador. Tampoco ser la comida de la bestia que esconde ese castillo.
El rey Friter, el cual fue maldecido por una bruja a ser una bestia inmortal cada noche, según leí en los libros, eso pasó hace 100 años. Entonces supongo que su forma humana debe ser la de un viejito.
Tengo tanto miedo, pues hoy precisamente cumplí los 20 años. Me he mantenido encerrada en mi habitación; no quiero morirme en manos de un monstruo.
—Flora, sal de la habitación —escucho la voz de mi querida madre.
—No quiero ir, madre —sollozo.
—Lo sé, cariño, pero tienes que ir —la voz de mi madre se rompe al decir esas palabras.
Sé que tengo que ir, pero ¿está mal ser un poco egoísta y querer vivir normalmente?
Me limpio las lágrimas y camino hacia la puerta; la abro, y mi querida madre me recibe con los brazos abiertos y me presiona contra su pecho. Aspiro su olor a canela y exploto en lágrimas.
—Lo siento, hija —me susurra entre lágrimas mi madre.
La aprieto más contra mí; no quiero soltarla, no quiero morir, no quiero ir a ese maldito castillo.
Al cabo de unos minutos, me separo del abrazo y miro a mi madre a los ojos.
—Cuida bien de Analia —le pido a mi madre. Analia es mi pequeña hermana de 10 años; es todo un primor con su cabello rubio y piel pálida.
—Lo haré —besa mi frente.
Camino por los pasillos de la mansión y llego al gran salón, donde un hombre de aspecto tenebroso espera junto a mi padre.
—Estoy lista —miro a mi padre y al hombre.
Mi padre me abraza con fuerza, apretándome contra su pecho, y me dice al oído que me quiere.
Cuando me aparto de mi progenitor, veo a mi pequeña hermana correr llorando hacia mí. La cargo en mis brazos.
—No quiero que te vayas, Flora —solloza.
—No llores, volveré pronto, ya verás —le doy mi mejor sonrisa y la dejo en el suelo.
Salgo detrás del hombre de apariencia tenebrosa y subo a un carruaje totalmente negro.
Cuando nos ponemos en marcha, me abrazo a mí misma; tiene que haber una manera, una manera de no morir.
Durante mucho tiempo no me preocupé por nada; era feliz. Solía recoger flores en el gran campo cerca del castillo Grenvender, procuraba no acercarme, sabiendo que un día, un día mi vida acabaría al entrar a ese lugar.
El carruaje se detiene y el hombre tenebroso me abre la puerta. Bajo temblando y ante mis ojos se eleva la gran construcción de Grenvender. Camino con pasos dudosos hacia dentro, siendo guiada por el hombre tenebroso. El interior es aún más aterrador; en las paredes hay estatuas de gárgolas y cuadros rasgados de un hombre. Todo el lugar es silencioso, dándole un aspecto más aterrador.
Llegamos a una puerta que ese tenebroso hombre abre, dejándome ver una gran sala donde hay un hombre de expresión seria. Con una barba cubre su rostro; ojos verdes como la hierba, labios finos, cabello azabache, de complexión musculosa y varonil, está sentado en un trono de espinas hechas de hierro. Sus ojos transmiten una mirada fría y tenebrosa.
—Bienvenida a Grenvender, Flora —la voz gruesa y fría de ese hombre me hizo estremecer.
Foto original de Flora:
Foto original de Analia :
Sus votos y comentarios siempre me ayudan a continuar escribiendo más sobre este increíble romance Dark de Fantasía.
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Corazón Maldito
FantasyCuenta la leyenda que en el antiguo castillo Grenvender, el Rey Friter fue maldito por una antigua bruja oscura, convirtiéndose en una bestia inmortal cada noche. Desde entonces, el rey se encerró en su castillo y cada 20 años exigía una joven virge...