La noche transcurrió normalmente, pero esta vez Friter no entró a mi habitación. A la mañana siguiente, me levanto y me pongo un hermoso vestido color blanco, salgo de la habitación y camino hacia el comedor.
Más mi sorpresa es grande al ver a Gerard, Kaliota y Friter conversando animadamente; nunca había visto a Gerard sonreír de esa manera.
—Buenos días.—llamo la atención de todos sentándome al lado de Friter.
—Flora, estás muy bonita hoy.—me saluda animadamente Kaliota.
—Gracias.—me sonrojo ligeramente.
—Friter, debes ser más amable con Flora.—lo regaña Kaliota.
Mi mirada se dirige a Friter, que me mira fijamente.
—Buenos días, Flora.—él me saluda con su voz ronca, recorriendo mi cuerpo con su mirada.
—Flora.—llama mi atención Kaliota.—¿Te apetece salir a la aldea hoy?—Su pregunta me deja desconcertada.
—¿Podemos?—la miro iluminada.
—Claro.—me sonríe amablemente Kaliota.—Gerard irá con nosotros.—Kaliota toma la mano de Gerard.
—Vuelvan antes del anochecer.—dice Friter con advertencia en la voz.
—Así será, hermano.—le sonríe Kaliota.
Desayunamos amenamente; la mirada de Friter no se apartaba de mí. Eso me ponía nerviosa, pero estoy emocionada, pues podré ver a mi hermana y a mis padres; seguro pensarán que estoy muerta.
Después del desayuno, Kaliota me acompañó a mi habitación; ambas estamos sentadas en mi cama charlando.
—¿En serio dicen eso en la aldea?—se sorprende Kaliota cuando le cuento las habladurías sobre su hermano.
—Sí.—asiento.—Pero Kaliota, ¿tú también estás maldita?—me atrevo a preguntar.
La hermosa sonrisa que se forma en los labios de Kaliota se desvanece.
—Todos en este castillo fuimos malditos a ser monstruos, pero Friter es el que más ha sufrido...—cuenta Kaliota con voz fría, haciéndome helar la sangre.—A Friter le maldijeron el corazón, Flora.—me mira seriamente.—Hace 100 años, Friter era un rey codicioso, egoísta y sanguinario, pero una inesperada mujer llegó un día al castillo y mi hermano se enamoró perdidamente de ella; sin embargo, ella no sentía lo mismo, pues ya estaba comprometida. En un acto de furia, Friter mató a su prometido y aquella bruja, con ira, maldijo su corazón, haciéndolo incapaz de amar y convirtiéndolo cada noche por siempre en lo que su corazón refleja. Solo hay una forma de romper la maldición....—se detuvo.
Me quedo perpleja ante la historia; nunca imaginé que fuera así, jamás imaginé nada parecido.
—¿Cómo se puede romper la maldición?—interrogo.
—No puedo decir más.—me sonríe nuevamente.—Mejor prepárate, dentro de poco iremos a la aldea.—sonríe hacia mí con amabilidad.
Rápidamente abro el armario y tomo un vestido de color rosa, con encajes; me lo coloco. Kaliota peina mi cabello en una trenza que me hace ver muy hermosa. Ella me pinta los labios con un color rojo claro, resaltando mi rostro.
—Te ves hermosa.—me dice Kaliota, sosteniéndome de los hombros delante del espejo.
Miro mi reflejo, asombrada; realmente me veo hermosa.
Tocan la puerta.
—Ya está todo listo para irnos.—se escucha la voz fría de Gerard.
—Vamos.—me toma la mano Kaliota, sonriendo.
Estoy muy feliz; veré a mi familia después de muchos días lejos de ellos.
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Corazón Maldito
FantasyCuenta la leyenda que en el antiguo castillo Grenvender, el Rey Friter fue maldito por una antigua bruja oscura, convirtiéndose en una bestia inmortal cada noche. Desde entonces, el rey se encerró en su castillo y cada 20 años exigía una joven virge...