Aún recuerdo aquella mañana de verano, había una brisa tan fresca y demasiado fría como para ser verano, yo desperté temprano, tenía la menta un más tranquila que nunca, ya tenía los nombres y el lugar a donde dirigirme, ya había hecho lo que pude en la ciudad de las manzanas, ah, de haber sido fumadora, definitivamente estaría fumando para darle un digno final a nuestra estadía en aquel pequeño pueblo, que solo destacaba por su gran exportación de manzanas.
Los chicos repetían las mismas hazañas de siempre, ya hasta se me hacía costumbre escuchar los combates que eran librados en la cama donde Vitros y Nobara fingían dormir, de vez en cuando, lo único que cambiaba, es que esos actos de violencia y pecado humano tenían su procedencia en lugares distintos a la cama, a veces en el suelo, a veces en la carreta, una vez casi podría jurar que los escuche entre los árboles de manzanas que distinguía a la ciudad.
Jaime se mataba constantemente, plasmando en mapas y planos todo lo que veía, cualquiera pensaría, que en lugar de que el joven dominará la pluma, era la tinta quien dominaba al joven.
El conejo Nafa vivía bastante feliz, solo utilizaba en repetidas ocasiones su pipa... y ya, esa era su vida, para bien o para mal.
Theren se la pasaba intentando ''Tocar las artes oscuras'', no sé bien a que se refería con eso, pero siempre lo intentaba, sentía que este sendero lo llevaría a recorrer el ''sendero de los dioses''.
Kaladin meditaba y entrenaba constantemente, no había lugar en todo el pueblo que no hubiera sido sede de su arduo entrenamiento.
Nuxtar solo comía, se escondía y jugaba, se centraba en esa rutina, tan cíclica, pero entre horas y solo en raras ocasiones, se atrevía a intentar explorar los secretos de la ciudad... los cuales tal vez ya conocíamos a fondo.
Vitros seguía en búsqueda de misiones y maldita sea la hora, los Dioses, la fortuna y el destino, que hicieron que aquella mañana fría de verano, Vitros encontrará esa misión con la señora Torton, la recién proclamada alcaldesa de la ciudad.
Era una misión simple, según lo estipulado.
Maldita mentira tan más ruin.
La misión constaba de investigar una fortaleza de orcos, que planeaban intentar crear un ejército para conquistar ciudades y demás, ya saben el pan de cada día de los aventureros que habitan en los Reinos olvidados.
En el peor de los casos, la misión indicaba, ''tranquilizar'' a la horda, de la manera más apropiada posible.
Hubo dudas en el grupo, opiniones encontradas sobre tomar la misión o no, nuestra estadía ya había terminado y poco teníamos que hacer ahí, teníamos que partir, ya que Guldren aún se encontraba desaparecido, pero hubo un detonante, que ocasionó que el grupo optará por ir a esa misión:
Era como si todas las condiciones se hubieran alineado para ir tras esa misión, maldita sea la hora en que los Dioses se reunieron para burlarse de nosotros de esa manera.
Entre la discusión, una señora se acercó llorando hacia nuestro grupo que aún debatía entre tomar la misión o no.
-Mi hija, tienen a mi hija- Decía entre lágrimas y llanto una señora a la que conocíamos bastante bien.
La señora era la madre de la niña que estaba capturada en la guarida de la capa roja, ya saben, esa niña que entre lágrimas de felicidad le contó a su madre como los conejos realmente son héroes, entre inocencia y alegría.
El conejo nos miró a los ojos, uno por uno, cruzo mirada con Vitros, con Jaime, con Kaladin, con Theren, para finalizar cruzando miradas conmigo, sabíamos lo que pretendía, aun así, le dimos tiempo para que recitará aquellos pensamientos bajo sus propias palabras.
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LA MINA PERDIDA- De Aline
FantasíaEn un mundo donde las leyendas susurran en los vientos y los secretos se ocultan en las sombras, una joven bardo llamada Aline D'Rune inicia una travesía que cambiará su vida para siempre. Apenas una niña, Aline es guiada por su amor a la música y l...