La batalla continúa en la ciudad, la brisa se vuelve cada vez más abrumadora, todas las maldiciones o hechiceros restantes dentro de la ciudad sienten las presencias tan poderosas e intimidantes de los 2 hechiceros más fuertes, Satoru Gojo y Ryomen Sukuna.
Transcurrió apenas 1 minuto para que la esfera en la cual se estaba llevando a cabo la batalla de estos 2 hechiceros se rompiera de nuevo, ¿Que habrá pasado? ¿Hay un ganador?
-¡Profesor!-Yuji grita en busca de la respuesta de Satoru Gojo, pero se llevo una no tan agradable sorpresa.
De pronto, la rueda la cual llevaba el rey de las maldiciones en la espalda, giro de nuevo.
La cara de Satoru Gojo parecía preocupada, pero nadie sabía aún el motivo del porque.
-¡Profe Gojo! ¿¿¿Que sucede???
-¡Yuji! ¡No te acerques!-Satoru Gojo levanto su brazo, haciendo seña de que Itadori no se siguiera acercando.
-¿Profe Gojo?-De pronto Yuji se da cuenta de la situación y le pregunta una sola cosa a su profesor.
-Profe Gojo, ¿Cuantas veces van?-Yuji tiene la mirada fija en la rueda, esperando la respuesta de Satoru.
Y finalmente, Ryomen Sukuna cerro ambas manos y las extendió hacia delante, una detras de la otra mientras recita lo siguiente.
-"¡Con este tesoro yo te invoco, General divino de las ocho hojas divergentes del Sila!"
-¡MAHORAGA!
Una figura imponente e intimidante empezo a formarse detrás del rey de las maldiciones. No era nada más que el Shikigami más fuerte, el tesoro del clan Zen'in, Mahoraga.
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-¡Ya veo!, vuelves a recurrir a la arma de Megumi, ¿no te cansas de ser tan cobarde, Sukuna?-Satoru Gojo parece bastante confiado y por esa razón le habla de una forma bastante engreída a Sukuna.
-Te recuerdo que la última vez este grandulon de acá te dejo sin un brazo, espero que esta vez sea sin la cabeza-Sukuna también parece bastante confiado.
-¡Muy bien, que sea un 2 para 1, no veo el porque no! Hakari estará ocupado con tu subordinado, seguramente lo derrotará en algunos instantes, no nos demoremos, ¿Okey? Debo ir con Shoko lo más rápido posible-Gojo vuelve a estirar para hacer un pre calentamiento.
-Como tú desees, Satoru Gojo, no se cuál sea el motivo de tanta confianza pero me aseguraré de hacerla desaparecer en un instante-Sukuna al igual que Gojo también empieza a estirar.
-Bueno, vamos Mahoraga, tu serás mi guardaespaldas.
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