-Las cosas son como son, Satoru. Lo lamento mucho pero, Suguru ya no es más nuestro aliado.
-¿"Aliado"?-Satoru estaba bastante exaltado y confundido por lo que su profesor le acababa de decir.
-El es mi maldito amigo, no lo trate como si fuese una persona la cual solo saluda día con día, ¡El también es su alumno!-Gojo le reprochaba a su profesor sobre sus palabras.
-Lo sé, Satoru. Tampoco es fácil para mí, pero no hay nada que pueda hacer, lo siento.
Masamichi Yaga abandonó el aula dejando a Satoru Gojo con la impactante noticia sobre compañero y amigo Geto Suguru, el cual había masacrado un pequeño pueblo a las fueras de Tokio con motivos aún desconocidos.
-Por un carajo Geto, ¿Que sucedio?
Año 2006, Tokio.
-Dime, Satoru. ¿Eres el más fuerte porque eres Satoru Gojo o eres Satoru Gojo porque eres el más fuerte?
-¡¿A qué quieres llegar con eso?! ¡Que carajos crees que haces, Suguru!
-Lo lamento, Satoru. Ya tomé un decisión, algún día volveremos a encontrarnos. Hasta entonces, cuídate.
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Año 2018, Shinjuku.
-¿Es esto acaso una broma?-Satoru se encontraba sentado en una banca en lo que parece ser un aeropuerto.
-A mi también me alegra verte, Satoru.
-Que carajos, ya no importa nada. Después de todo, perdí contra el rey de las maldiciones-Gojo parecía bastante inconforme con el resultado.
-¿Eh? ¿Eres el mismo Satoru Gojo?-El hechicero de cabello largo y oscuro parecía cuestionar lo que Satoru acababa de decir.
-No me jodas, Suguru. No fui capaz de hacerle frente a Sukuna, no fui capaz de enseñarle que es en verdad el amor.
-Vaya, en verdad has cambiado bastante Satoru. Hace unos años solo hubieses querido patearle el trasero a Sukuna-Geto esboza una sonrisa mientras se burla de Gojo.
-Tienes razón, talvez si he cambiado mucho.
-Me alegra mucho escuchar eso, Satoru. Pero dime, ¿Que es lo que en verdad le querías mostrar a Sukuna?
-¿Eh? Ya te lo dije, Lo que es el amor.
-¿El amor? ¿A qué te refieres?
-Lo contrario a la Soledad.
-¿Soledad? Me sorprendes Satoru, me doy cuenta que te hago bastante falta JAJA.
-Todos ustedes me hacen falta. No podía continuar Suguru, en verdad quería ganarle a Sukuna pero, talvez alguna pequeña parte de mi sabia cual iba a ser el resultado.
