-Señorita Ieri, que sorpresa, muchas gracias -Megumi se sorprendía al ver a la doctora Shoko en su casa felicitandolo por su cumpleaños.
-No hay de que, Megumi. Satoru me llamo para que trajera algunas cosas de camino hacia aquí.
Shoko le dio un beso en la mejilla al hechicero de ojos azules, el cual se había vestido de una forma casual para la ocasión.
Megumi se avergonzo ante la situación que estaba presenciando.
-¡Muy bien, Megumi! ¿Quieres salir a algún lado? Soy todo oídos -Al hechicero albino le gustaba consentir bastante al hechicero de los Zen'in.
-No, así estoy bien, gracias.
-Vamos Megumi, cambia esa cara, ¡Hoy es tu cumpleaños! -Gojo Satoru esboza una gran sonrisa esperando a que Megumi lo siga.
-Dejalo, Satoru. Esta probando el pastel que pase recogiendo de la tienda que me pediste, por cierto, ¿Pagaste tanto por un pastel?
-¡Todo lo mejor para mi pequeño Gruñón y para mí hermosa doctora!
Satoru Gojo alzó el pecho en seña de orgullo por su acción, mientras Megumi solo observaba la vergonzosa escena.
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-Sabes, Megumi. Aveces es bueno demostrar lo que sientes a las demás personas, no dejes que nada te detenga, expresa siempre lo que sientes -Gojo se acercó a Megumi junto a Shoko y les dio un gran abrazo.
Finalmente, Megumi soplo las velas.
Año 2018, Shinjuku.
-¿Fushiguro Megumi? ¿Como mierda pudiste volver a tomar conciencia? ¡Yo mismo me encargue de hundirte en lo más profundo de tu alma! -Ryomen Sukuna está desconcertado por el hecho de que Fushiguro Megumi este hablando con él.
Abajo del edificio se encontraba Satoru Gojo, preguntándose que está pasando con el rey de las maldiciones, el cual no lo ha atacado con ningún tipo de hechicería.
Pero ese no es el mayor de los problemas por ahora...
Un ruido escandaloso empieza a surgir através de los edificios, haciendo preguntarse al hechicero albino que está sucediendo.
El ruido repentinamente cesó, Gojo no sabía que estaba sucediendo, estaba esperando que algo o alguien hiciese su aparición, pero aún no había nada. Hasta que de pronto...
