Llevaba días investigando todo lo relacionado con aquella noche fatídica. Con la ayuda de un conocido, había logrado obtener las grabaciones de las cámaras de vigilancia. La grabación finalizaba justo cuando el coche negro se desvanecía dentro de un edificio antiguo. No había más cámaras cerca que pudieran seguir rastreando al conductor. Algo no cuadraba.
Jimin tenía sus sospechas sobre quién podría estar detrás de todo, pero no era suficiente. Necesitaba pruebas más contundentes. Sabía que la única forma de obtenerlas era entrando al servidor de una persona poderosa, alguien que no se detendría ante nada para mantener su imperio intacto.
Era hora de actuar.
— Hola, buen día — saludó Jimin a la bibliotecaria al entrar.
— Buen día, Jimin. Está todo listo como lo pediste — respondió la anciana, con una mirada preocupada—. Solo ten cuidado, por favor. Eres como un hijo para mí.
— Todo estará bien. Solo necesito confirmar una sospecha — susurró él, tratando de sonar confiado—. Nada malo va a pasar, soy más astuto que cualquiera de ellos.
— Lo sé, pero ten mucho cuidado — dijo, antes de inclinarse para darle un beso en la mejilla—. Recuerda que te aprecio como si fueras mi propio hijo.
Jimin le devolvió el gesto y, sin más palabras, se dirigió al sótano de la biblioteca. Allí había preparado su equipo, lejos de miradas indiscretas. Con el corazón palpitando, se sentó frente a la computadora y comenzó a teclear. Sabía que solo tendría una oportunidad.
El tiempo pasaba lentamente mientras las líneas de código fluían en la pantalla. Finalmente, consiguió entrar al sistema del gobernador Kim Doyun. Pero lo que encontró lo dejó desconcertado. Ninguna de las indicaciones apuntaba hacia él. No había rastro de que el gobernador supiera de su existencia. Algo no estaba bien.
De repente, una alarma silenciosa comenzó a parpadear en la parte inferior de la pantalla. Jimin sintió un escalofrío recorrer su espalda. El sistema lo había detectado.
— ¡Mierda! — murmuró, sus dedos volando sobre el teclado mientras trataba de desactivar la alerta y escapar del servidor.
Al mismo tiempo, en la oficina del gobernador, varios agentes irrumpieron con expresiones tensas.
— Gobernador, alguien está en su servidor — notificó uno de los agentes.
Kim Doyun, que estaba revisando informes en su escritorio, se levantó de golpe.
— ¡Encuéntrenlo! ¡Rastréenlo! — gritó con furia, su rostro enrojeciendo—. ¡Y envíen a un equipo inmediatamente a ese lugar! ¡Quiero a ese hacker atrapado ya!
Los agentes asintieron con rapidez y se lanzaron a la tarea. Afuera, un coche negro con los hombres del gobernador arrancaba a toda velocidad, sus llantas rechinando contra el asfalto. El rugido del motor cortaba el silencio de la madrugada.Jimin podía sentir la presión a kilómetros de distancia. El sudor comenzaba a resbalarle por la frente, mientras tecleaba frenéticamente.
ESTÁS LEYENDO
Swim ᵏᵐ
FanficJimin viaja a la despedida de soltera de su hermana en un antro, encontrándose a un chico muy atractivo, con el que pasaría una noche de pasión. Lo que Jimin no esperaba era que se volvería en la dulce obsesión de aquel chico. !¡Aclaraciones ⋆ Narr...