Lucifer
Estoy cansada, deprimida y reprimida también, me siento fatal.
Se avienta Ebba a mi sofá mientras me concentro en los contratos que tengo frente al escritorio.
—Si quieres podemos ir al bar a buscar a alguien que quiera ayudarte con tu estrés.
—No quiero a nadie más, la quiero a ella.
—Pero ella a ti no, ya deja de rogar Ebba.
—No le he rogado, de hecho, tengo como 2 semanas que no sé nada de ella y esto me está matando.
—Entonces ponte a trabajar para que la saques de la cabeza.
—¿Crees que no lo intento? todos los malditos días y no puedo, simplemente ella no se quiere ir.
Se sienta y se sirve un vaso de whisky, el mismo que bebe de un jalón.
—Esa botella cuesta más que tu casa.
—Todo lo tuyo cuesta más que mi casa y mi auto juntos ¿sigues huyendo de Júpiter?
—No estoy huyendo de ella.
—No, solo la evitas, y la alejas además.
—Ebba, me voy a ir, no tienen caso seguir fomentando la ilusión en ella —en unos días me marcho a mi misión y no voy a volver en mucho tiempo, lo mejor es que aleje ahora.
—Es valiente de tu parte déjala ir.
—Podría decirte lo mismo.
—Es diferente, Alicia se alejó y le di su espacio. Pero Júpiter te está buscando como loca y la mandas al diablo.
Y no discuto porque es cierto. Muy pronto me iré a la misión Bonanne. No lo pensé cuando dijeron que necesitaban a experto dentro. Tengo que acabar con él, con su maldita familia y la pendejada que dice ser su mafia.
Ese golpe me dará honor y medallas que necesito. Hernán y Lorian ya están trabajando para mejorar "el pentágono", pero necesito ponerme pilas yo también.
Sé que va a sufrir por un rato. Porque así es ella. Se ha apegado a mí y sé que por todo llora. Pero simplemente no puedo hablarle y explicarle el porque me voy. Esto es un secreto militar y solo los altos mandos lo saben. No puedo arriesgarme a que alguien se dé cuenta de que me infiltrare.
Mis amigos y el resto del comando piensan que iré a una misión menor y después me quedare en estados unidos a trabajar haya.
Y tengo rotundamente prohibido cambiar o manipular la información.
No sé cómo decirle adiós y estoy seguro que tampoco voy a poder hacerlo. Lo mejor será dejarla en paz. Por ahora.
—Le estas dejando el camino libre a Brenan. ¿Sabes que todo el comando habla del secuestro de su novia?
Todos siguen con la creencia de que esos dos están juntos, ya que la pelirroja no quiso mandarlo a la chingada delante de todos. Y el infeliz inepto se está aprovechando de eso.
—No me importa. No voy a cambiar de opinión. Quiero a Júpiter lejos de mi vida y este es el mejor momento para hacerlo.
Llamo a Lucia mi secretaria y nos ponemos de acuerdo en unos contratos y citas, le digo cuando quiero la próxima junta y me avisa que los pisos que solicite ya están a un 90%.
Algunos pisos de mi edificio los usare como mis laboratorios de inteligencia.
Termino mi trabajo en el edificio dos horas después, mismas en la que Ebba se la paso echada en el sofá con los audífonos puestos.
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Corazones Rotos
RandomQuien diría, que abecés el amor llega a nosotras desde el mismo infierno para acerté arder en él, y quien diría, que abecés somos tan masoquistas, que lo único que queremos es vernos envueltas en esas llamas con los brazos de un demonio acunándonos...