CAPITULO 37

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Júpiter

—¿Cómo te sientes Roisin?

—Estoy mejor Júpiter

—Te traje unas galletas para comer con chocolate, ¿quieres?

Me asiente y me levanto de la mesa para preparar el chocolate en su cocina. Olga nos dio espacio yéndose a su habitación, han pasado varios días desde que Lucián la trajo a casa y no había querido hablar con nadie. Sirvo el chocolate y converso con ella pero llega el tema difícil y la dejo que exprese lo que quiera expresar.

—En la noche salí por el pan, iba por la banqueta cuando vi el auto rojo de Draven, solo torcí los ojos y seguí mi camino, no pensé que ahora si se tomarían enserio el papel de molestar. Me subieron a su auto, Oscar me atrapo entre su cuerpo y me tapo la boca con un trapo, forceje mucho pero no pude contra él. Me llevaron a una casa abandonada, no conozco la colonia y no sé dónde está la casa, estaba más preocupada por librarme de sus brazos que en ver el vecindario.

«Me amarraron con las cadenas con las que tenía el tanque de gas, me dejaron ahí encadenada en el piso, luchando y llorando. Era como el sótano de la casa, Oscar se fue en un momento y Draven se quedó conmigo. La primera noche logre evitar su contacto a base de pelea y forcejeos. Se largó y me quede toda esa noche y todo el día siguiente yo sola. Llego la segunda noche y yo no dejaba de llorar, me golpeo con el pie hasta que se cansó, recibí patadas en todo el cuerpo, menos en la cara, decía que no quería que perdiera el encanto.

«La tercera noche yo ya no tenía fuerzas para nada, no había comido ni bebido nada, me ardía la garganta de tanto que grite y llore, el cuerpo me dolía, ese infeliz me quebró la clavícula de una patada y no soportaba el dolor. Cuando callo la noche entro y me dejo en ropa interior, saco mi ropa a jalones que destrozo con una navaja. Después de rogarle demasiado me dio una diminuta botella de agua para beber y me dio una manzana amarilla para comer.

«Pero entonces llego la cuarta noche, y yo ya no tenía fuerzas para nada, y el eso lo aprovecho, me violo 4 veces y se largó dejándome ahí llorando y lastimada. Dormí todo lo que pude y perdí el control del tiempo, ya no sabía que día era, ni cuanto tenia ahí, volvió y me violo 3 veces más, de recompensa me dio una pera y un vaso de leche. En su siguiente visita me obligo a meterme su pene a la boca, quise morderlo pero me cacheteo y ya no lo volví a intentar, solo lo deje que hiciera lo que quisiera conmigo.

«Estaba llena de sus fluidos por todos lados y para cerrar con broche de oro me orino encima. Esa misma noche me dio una tina de agua, una esponja y un jabón para que me bañara antes de volver a violarme. En su siguiente visita Oscar lo acompañaba y ambos disfrutaron de mi miseria, me hicieron cosas y me obligaron a que yo se las hiciera. La última noche, cuando Lucifer llego, regresaron los dos pero no solos, escuche los gritos de otra chica, supongo que como conmigo fue fácil, hicieron lo mismo con ella.

«Escuchaba sus gritos y llantos mientras Oscar la violaba y Draven lo hacía conmigo. Pero entonces llego el, vi a Lucifer que me sostenía en sus brazos y mi fe volvió. Vi a Abel y a Eider y sabía que por fin, después de muchos días, estaría bien.

—Lo siento tanto Roisin, de verdad lo siento tanto.

La abrazo con todas mis fuerzas y nos pegamos una a la otra, la necesito tanto y ella a mí. Fue horrible lo que esos dos locos le hicieron, no era justo, Roisin menos que nadie se merecía la miseria que paso con esos dos.

 Fue horrible lo que esos dos locos le hicieron, no era justo, Roisin menos que nadie se merecía la miseria que paso con esos dos

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