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-Sino me quiere hablar que no lo haga- gruñó Lyon caminando por el pasillo seguido de Charles que tenía una gota de sudor en la sien.

Esta era la misma escena que había transcurrido en los últimos quince días. Tiempo en que él no recordaba haber visto al príncipe de buen humor. Más bien, con el paso de los días se volvía más irritable.

Era increíble como Ashary podía afectar su estado de ánimo.

Y es que realmente la situación entre ellos se había vuelto tensa por decirlo de alguna forma. No se dirigían la palabra, no se miraban, o más bien, era Ashary el que había puesto la abismal distancia entre ellos, después que parecía que iban a hacer las paces. Pero tras Lyon salir del confinamiento le había aplicado la ley de hielo... y alguien se había acomplejado.

Ahora estaba él en medio de ellos dos. Y teniendo que soportar el pelinegro protestar a cada rato cuando se acordaba de cómo era ignorado. Eso había sido un golpe brutalmente fuerte para su ego.

Pero Charles conocía muy bien a Lyon y sabía que el problema era mucho más profundo que solo el ego. Saber el apodo por el que los nobles llamaban a Ashary lo había conmocionado y mucho. Y aunque él sabía que sus criterios coincidían y creían que el rubio era ajeno a todos aquellos rumores... la verdad es que ellos habían estado dos años fuera del palacio, de un nido de víboras que si mirabas al lado te podían morder.

Así que realmente lo que el príncipe estaba era frustrado. Por no evitar que algo como aquello pasara y que la reputación de su rival fuera manchada.

***

-Lyon, ya casi es la hora- Charles se acomodó la chaqueta sobre su cuerpo.

El príncipe salió del baño con ropa casual, sin ser llamativa. Ese día tenían una tarea como parte de la clase de relaciones y economía. Debían salir al pueblo y comprar con 10 rupias algo que sorprendiera a los demás.

Y cualquiera pensaría en joyas, prendas, adornos que solían superar las 20 rupias y más caras si eran artesanales.

-Con lo que nos van a dar de dinero apenas si da para una merienda de una persona- se quejó Lyon.

-Se nota que estás acostumbrado a las cosas caras- Charles sonrió- te enseñaré algunos trucos, después de todo a mí me toca siempre el trabajo sucio.

-No te quejes tanto que te encantaba perderte en el pueblo. A veces pienso que tenías una noviecita por ahí.

Charles alzó una ceja.

-Tú mejor que nadie sabes que no me gustan las mujeres. Ni siquiera las omegas. Son demasiado delicadas para mí y yo soy alguien... bastante brusco y seco para muchas cosas. Acaso te imaginas a mi dando un ramo de rosas y diciendo una poesía.

Lyon hizo una mueca de asco.

-No me lo imagino. Eso no pega en nada contigo- se terminó de acomodar la ropa.

Charles se carcajeó y le hizo señas para salir. Ese día Lyon no había mencionado nada sobre Ashary. El día anterior sus caminos se habían cruzado por la biblioteca, pero ambos habían seguido de largo uno del otro. Incluso los rumores de que ambos tenían algo dada la forma en que Lyon había reaccionado a la provocación se estaban disipando.

Acaso esta situación sería para largo. No lo creía, pero solo el tiempo lo diría.

Ambos salieron y se reunieron con el resto de la clase en la entrada de la academia que ese día tenía la reja abierta para ellos. Esperaron a que el dinero fuera repartido en unas bolsitas a todos y el profesor dio las últimas indicaciones.

Fue entonces que tanto Charles como Lyon se fueron cuenta que faltaba alguien. Después de todo el cabello rubio de Ashary era bastante llamativo y no se encontraba presente. Lyon le dio un codazo a Charles en las costillas y le hizo seña con la barbilla.

Otro no hubiera comprendido, pero Charles solo soltó un suspiro pesado y alzó la mano. Cuando el profesor se la dio este habló.

-Profesor, falta uno de los alumnos, y se suponía que era una tarea para todos.

El profesor carraspeó la garganta.

-El alumno Ashary se encuentra indispuesto desde ayer y pasó toda la noche con fiebre por lo que la enfermería mandó a que descansara por todo el día de hoy hasta que su condición se estabilizara.

Nadie dijo nada pues si era una orden de la enfermería no se podía hacer nada. Era una de las pocas veces que daban licencias para tomarse el día en aquella academia militar, sin embargo alquien se mostró incómodo.

Charles miró por el rabillo del ojo y no podía mentirle a él. Lyon estaba preocupado. Y como no hacerlo. Ashary, quitando el momento en que había sido herido no era alguien que se saltara las tareas y menos obligaciones. Por lo que debía sentirse realmente mal para no asistir a la clase.

-¿Quieres ir a verlo?- se inclinó hacia él y le preguntó a su amigo en voz baja sintiendo como este se tensaba.

-No- respondió Lyon cerrando los ojos- Él simplemente me ignorará y no estoy para pasar vergüenzas- dijo con voz grave.

Charles alzó los hombros. No le diría más nada, Lyon era lo suficientemente grande para tomar sus decisiones, solo se preguntó... cuánto aguantaría hasta que fuera a ver a Ashary.

Escondió su sonrisa y esperó a que el profesor les diera la indicación de poder retirarse para irse con Lyon.

Dos horas más tarde habían recorrido parte del pueblo y aún con sus trucos, solo uno de ellos había logrado comprar aquello que sorprendiera. Charles era el que tenía una sonrisa victoriosa en sus labios, había encontrado una concha que resplandecía debajo de los rayos del sol y aunque el vendedor pensaba que era una simple concha que solo costaba 8 rupias, él tenía buen ojo para las cosas y costaba el cuádruple si se le ofrecía a un noble por lo raras que eran.

Mientras Lyon no se había decidido por nada. Más bien era como si su cabeza estuviese en otro lado, y Charles lo sabía de sobra.

-Oye Lyon, solo nos falta una hora para volver, debes decidirte por algo.

-Lo sé, lo sé- este se restregó el cabello que caía sobre su frente alborotándolo- solo no he encontrado eso asombroso- dijo con sarcasmo hasta que se detuvo de golpe y giró su rostro hacia un lado enfocando su mirada en una vitrina.

En eso pestañeó como recordando algo importante.

-¿Lyon?- Charles retrocedió para ponerse al mismo nivel que él- tú no eres fans de los dulces- le dijo al verlo mirando los diferentes pasteles llamativos dela tienda.

-No es para mí- miró a su amigo- Charles... hoy... es el cumpleaños 18 de Ashary.

Y no se equivocaba.

Actualización doble. 

Mi odioso duque omega ( trilogía corta Palacio de Cristal I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora