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¿Qué estaba pasando?

La mente de Ashary estaba confundida. Había un calor dentro de él que era incómodo y a la vez uno que lo envolvía desde afuera y que se pegaba aún más que se sentía confortable. El cuerpo grande y duro que presionaba el suyo contra la mesa casi subiéndolo sobre esta no lo hacía sentir asqueado, como ocurría con cualquier toque de otra persona.

Algo rozaba su cuello, y era cálido... y ¿húmedo? Así como algo presionaba entre sus muslos queriendo abrirlos, y él... no estaba poniendo resistencia.

Todo aquello... se... sentía bien.

Y entonces todo su cuerpo se tensó.

Espera, él no debía estarse sintiendo bien. No cuando, no cuando. Un jadeó salió de sus labios y empujó el cuerpo sobre él haciendo que este cayera con un sonido fuerte sobre el suelo seguido de un grito de dolor.

Fue entonces que Ashary se dio cuenta de lo que estaba pasando. Comenzó a temblar y a sudar frío cuando se percató que Lyon... estaba allí y todos los recuerdos se le hacían claros mientras su mente se ponía en orden.

Cuando él llegó, cuando le dio el pastel, cuando le dijo quieto y lo pegó contra el mueble detrás de él, cuando olió su nuca, cuando sus manos agarraron las de él para dejarlas quitas, cuando sus dedos duros apretaron su cadera mientras... ¿lamía su cuello?

Asha se llevó la mano ahí y la piel palpitaba, estaba húmeda, caliente.

El pánico se apoderó de él. Miró a Lyon que se sobaba la frente y que al parecer sintió el peso de su mirada. Se la devolvió y fue como si él también estuviese recuperando el control de él y dándose cuenta de lo que había hecho. Y había hecho mucho.

Sobre todo, los ojos del príncipe se habían abierto aún más al notar las marcas que había dejado sobre el cuello blanco de Ashary y que tardarían en desaparecer, incluso algunos con puntos rojos de sus... colmillos.

Lyon se estremeció ¿en qué demonios estaba pensando?

-Asha yo...- intentó aclarar aquello dado que no veía muy buen estado del rubio, pero fue interrumpido.

-Desaparece- Ashary casi le gruñó. Sus dedos apretaban la zona de su cuello que antes había sido profanada por la boca del príncipe- desaparece de mi vista. AHORA- lo último lo dijo gritando y sorprendiendo a Lyonhart.

Normalmente no era alguien de gritar y menos así. Lyon quería hablar, decir algo, pero se notaba que si decía algo sería peor. Hablar con Ashary ahora mismo, cuando ni él comprendía lo que había pasado, solo haría peor las cosas.

-me voy- dijo levantándose donde su cadera palpitaba, había sido empujado realmente duro.

Y diciendo esto salió de la habitación lo antes posible yendo directo para la de él porque no solo estaba el hecho de lo que le había hecho a Asha, tenía un bulto en sus pantalones que palpitaba. Sus colmillos picaban en su boca y aún salivaba.

Sabía que era normal que al cumplir los 18 años todos los que se manifestaran como alfas u omegas pasarían unos meses en un proceso de adaptación de feromonas donde estás no estarían muy definidas y donde habría varios cambios corporales y emocionales. No sería extraño que alguien a punto de manifestarse como él hubiera reaccionado a la alta concentración de feromonas de Ashary.

Solo que... aunque las feromonas de este aún no estuviesen del todo definidas, le habían resultado agradables... quizás demasiado. Algo que no debía ocurrir, no cuando más adelante Ashary sería el alfa contra el que tendría que luchar por la mano de su omega.

Entró a su cuarto tirando de la puerta y casi corriendo al baño. Charles que estaba acostado en la cama se sentó de golpe y notó su estado, y que este exudaba feromonas mezcladas con algunas más dulces.

-¿Oye, estás bien?

Lyon se detuvo jadeando delante de la puerta del baño. Se notaba tenso.

-Charles, creo que entre Ashary y yo... todo está arruinado- y diciendo esto entró y cerró dejando a Charles con la boca abierta.

-pero... pero, si los dejé para que mejoraran las cosas, ahora que hicieron estos idiotas- Charles se quería arrancar los pelos.

***

Había pasado una semana. Lyon no había vuelto a aparecer delante de él a menos que se encontraran en clases o en el pasillo, y ahora él que lo ignoraba era él. Eso de alguna forma era un alivio para Ashary, sobre todo porque cuando lo tenía cerca era más consciente de las marcas en su cuello que aún después del paso de los días no habían desaparecido y que en las noches...

-Tengo que ser alfa, tengo que ser alfa, tengo que ser alfa

Ashary se repetía por no sabía que vez escondido en la mitad de la madrugada dentro del baño, mientras su compañero de cuarto dormía.

-Por favor, tengo que ser alfa- sus manos en su regazo ya dolía de lo mucho que las había estado apretando- No puedo ser otra cosa, tengo que ser alfa.

Y es que no tenía otra alternativa. Había sido criado como alfa, enseñado como alfa, le habían mentalizado que su futuro era ser alfa, pero, acaso un alfa tenía un cuerpo que se comportaba así. Su fiebre solo aumentaba en las noches y su cuerpo picaba, sobre todo en la zona del cuello y su nuca, y él solo deseaba que esa tortura acabara.

Si no era alfa... entonces qué haría. No, él no debía tener esas dudas. Aún faltaban algunos meses para que se manifestara como tal, quizás solo se estaba equivocando y solo estaba reaccionando al exceso de feromonas.

-Todo va a estar bien- se dijo para darse ánimo. Esto no era lo peor por lo que había pasado.

Todo... iba a estar bien.

***

-Oye, lo escuchaste-

-Sí, vaya, se nota que es el príncipe, eso le da beneficios y recibir visitas.

Ashary estaba sentado en una esquina del aula escribiendo en su cuaderno cuando escuchó a unos alumnos pasar por su lado comentando.

-Sí, he escuchado que le permitieron las visitas porque el hijo del conde lo solicitó directamente al rey por su cumple.

Y Ashary no necesitó muchos detalles para saber quién era, después de todo solo una sola persona cumplía años justo una semana después que él, y ese era... Milan.

Como saben aquí doña censura porque si no... señor Watt me baja esto porque Lyoncito aún no es leg... ya ustedes entienden. Asha no se lo puede comer aun jajaja. 

Mi odioso duque omega ( trilogía corta Palacio de Cristal I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora