DESDE CERO (Billie Eilish y tú).

7. EXTRA: LIDIA'S STORY.

˚ღﾟ─ Este capitulo extra es para entender un poco más al personaje de Lidia y sus acciones. El pasado de alguien no es una justificación, pero nos ayuda a entender por qué pasan las cosas y a la persona en si.

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Lidia había crecido entre elegantes copas o tazas de té, tenía tantos eventos de los cuales no sabía su significado desde el día en que nació, que lo veia como normal.

Para ella, su vida consistía en ir vestida con las mejores prendas en las que su madre se gastaba una cantidad excesiva de dinero, bien peinada y bailar, comer, festejar con desconocidos, el primo del amigo de su abuela, la madre de tal nombre supuestamente importante, gente superficial que llevo a Lidia a un mundo superficial, en general no se sentia comoda con nadie.

Solo su hermano. El joven le mostraba la otra parte de la vida, juntos se escapaban de la mansión y él le daba un paseo por el bosque.

Lidia se veía desde afuera como una niña feliz, y lo era... solo le molestaba no saber cómo tapar los moratones.

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Era domingo.

Lidia amaba los domingos.

No lo confesaría, porque de alguna forma en su cabeza le hacía parecer débil: pero era cuando sus padres, su hermano y ella no tenían eventos, no debían estar posando, era un día para relajarse.

Y casi siempre solían ir a la playa para ello.

Se levantó feliz, — Señora Cook— era su madre, pero Lidia debía llamarla por su apellido o se molestaría. Y no le gustaría verla enfadada, no, era demasiado doloroso— ¿podemos irnos ya?

—Lidia, ¿llevas todo lo de siempre?

La niña rubia asintió. — bien, vamos a la playa.

Lidia sonrió feliz, pero entonces un niño vino corriendo emocionado y... rompió un jarrón.

—Mierda, Johan— murmuró ella.

—¡Johan!— grito la mujer.

Lidia sabía que todos sus planes se habían ido a la mierda.
El chico se encogió, su cuerpo temblando de miedo, bajo la cabeza.

—¡maldito seas, Johan! — la mujer primero lo abofeteó, tirándolo al suelo—¡Es que no haces nada bien!— señaló a Lidia — aprende de tu hermana, ya está lista.

Lidia aparto la mirada.

—Estupido niño— la mujer levantó la pierna y le pegó la primera patada en el abdomen, a la segunda, el niño escupió sangre.

Tan solo tenía siete años.

—¡para, señora Cook, ya! — Lidia sabía que ahora sería castigada ella por hablar, pero ver a su hermano pequeño retorcerse en el suelo no le era una opción.

—¿que has dicho? ¡está es mi casa y se hace lo que yo diga! — la mujer no le pegó, directamente se fue.

Lidia suspiro aliviada, pensando que el momento había terminado, se acercó a su adolorido y pequeño hermano.