𝙍𝙄𝙑𝘼𝙇𝙀𝙎 ~ 𝘿𝘼𝙉𝙄𝙀𝙇𝘼 𝙑𝙄𝙇𝙇𝘼𝙍𝙍𝙀𝘼𝙇

⭒𝟷6⭒

Daniela la ignoró toda la tarde, pero eso era lo de menos, pudo ver los rayos del sol iluminarle el cabello y se perdió en su hermoso rostro.

Al final, terminó sin estudiar nada.

Intentaba ver su cuaderno, pero estaba mordiéndose la lengua de una forma tan adorable que la distraía. Eso hasta que alguien tocó su hombro. Era Damiano, ya no se veía tan enojado e incluso le sonreía. Camila alzó una ceja.

—Hola, Cami—la saludó, tomando asiento junto a ella. La chica alzó ahora las dos cejas. Le había llamado por su nombre.

—Hola.

—¿Qué haces a estas horas aquí?—preguntó sonriendo de manera que cualquier chica hubiera caído rendida. Ella no, porque claramente pensaba que el chico venía a hacerle algo.

—Estudio. ¿Tú no?—preguntó y el chico se rió. Camila lo miró como si estuviera loco.

—¿Estudias? ¿No sales?

—Los fines de semana.

—¿Con tus amigas, cierto? Esas chicas parecen cuidarte mucho—hizo una mueca.

—Sí, ¿por qué?

—Cuando les pregunté por ti, no quisieron decirme dónde estabas—volvió a sonreírle, y ahora más que nunca Cam amaba a sus mejores amigas.

—¿Estabas buscándome?—preguntó incrédula y pensó que le iba a hacer algo malo de verdad.—¿Qué me vas a hacer?—arrugó la nariz.

—Eres muy linda—dijo dándole un pellizco en la nariz, y Camila alejó el rostro.

—Emmmm, esto es raro—dijo intentando apartarse. El castaño volvió a reír. ¿Qué era tan gracioso?

—Yo quería ver si salías con nosotros, ¿a la pizzería?—preguntó, pasando una mano por su cabello bien peinado.

—No creo, yo no me llevo con tus amigos. Menos con las chicas—respondió, intentando apartarse.

¿Acaso Damiano le estaba pidiendo una cita?

—Calma, me aseguraré de que Daniela no se te acerque—comentó el chico, dándole un guiño. Camila abrió los ojos y su corazón comenzó a palpitar al escuchar el nombre de la güera.

—¿Por qué Daniela?—

—Todos saben en la escuela que ustedes dos se odian, por eso te haré un favor y la mantendré lejos de ti—se levantó y acarició la mejilla de la chica, aunque esta rápidamente se apartó.—Pero puedes venir, ¿sí?

Camila no respondió, aún estaba muy sorprendida ya que no creía que Damiano la estuviera invitando.

Tenía que ser una trampa o posiblemente estuviera alucinando por algún alimento en mal estado. ¿Qué había desayunado esta mañana?

—¿Le estás coqueteando al fenómeno?—preguntó repentinamente Daniela, a espaldas de Damiano.—No tienes gusto—soltó con veneno.

Damiano, sin saber por qué, se apartó un poco de Camila, ya que su amiga la veía como si quisiera asesinarlo.

—Nada de eso, es una salida amistosa a la pizzería, ¿verdad, Cam?—le preguntó.

Al utilizar ese tono tan confiado y dulce con la de ojos avellana, Daniela rechinó los dientes.

—Ella no saldría con alguien como tú. En realidad, el fenómeno no es alguien que siquiera sepa cómo estar en un lugar sin hacer el ridículo—dijo, aún mirando a Damiano.

Camila se indignó y se levantó de la silla.

—¿Tú qué sabes?—lo retó y por fin los ojos marrones la vieron, parecía furiosa.