Luna (Segunda Parte) ~ BNHA Todoroki Fanfic

Capítulo 13

Naoko POV

— ¡Yuriko! — me puse de pie para acercarme a ella. El mensaje de la chica del antifaz seguía repitiéndose por el altoparlante.

—¡Aléjate de mi! —, exclamó ella aferrándose la cabeza con las manos—. ¡Soy peligrosa!

Escuché gritos y ruido a mis espaldas, el centro comercial estaba comenzando a ser saqueado por varios individuos.

—¡Lucha contra la voz, Yuriko! —, traté de ayudarla. Ella solo sacudía la cabeza.

Estaba sufriendo. Claramente no quería herir a nadie. La única forma de detenerla era encontrando a aquella chica, o lastimarla lo suficiente para que perdiera la conciencia, lo que yo quería evitar a toda costa.

Escuché un grito desgarrador salir de la garganta de Yuriko. Luego su cuerpo agitado se quedó tenebrosamente quieto. Ya era tarde. Había perdido el control.

Todo a nuestro alrededor se volvió un caos infernal. ¿En que momento habían aparecido esas frases en la pared? “Toma lo que quieras” “Recupera lo que te pertenece”. Pintadas con pintura fresca.

Escuche a nuestra izquierda unos gritos, y me giré a tiempo para ver como una turba se acercaba corriendo hacia nosotras. Entonces Yuriko se transformó. Un enorme tigre plateado rugió delante de mi. Yo salté usando mis poderes, alejándome hacia atrás lo que más pude cuando se abalanzó en mi dirección con las garras extendidas. La turba pasó entre nosotras y la perdí de vista. Quizás se transformó en algo más porque no volví a oírla rugir.

Había que hacer algo. Tenía que llamar a la policía, alguien debía llamar a los héroes. Saqué mi teléfono. Me temblaban las manos.
Un hombre a mi lado rompió los vidrios de la vitrina de la joyería junto a mi. Me cubrí con la sudadera y traté de alejarme del vidrio roto en el suelo. Un montón de gente descontrolada me empujó, atropellandome. Intenté salir de en medio de la turba solo para darme cuenta que había perdido mi teléfono.

—¡Un oso! —, gritó una mujer.

Era Yuriko. Una enorme bestia se había aparecido y estaba a punto de atacar a los niños que acompañaban a la mujer. Sacudía la cabeza, podía notar que estaba luchando. Se transformó en su forma humana nuevamente.

—¡Por favor, detenme! —, gritó. Luego volvió a ser un oso en una fracción de segundo. Pero yo entendí que el ruego era para mi.

Los niños lloraban y para la mujer era muy difícil huir del lugar con ambos. La osa levantó ambas patas delanteras en el aire.

Perdóname Yuriko…

Usando toda mi fuerza empujé a la osa contra la muralla a su lado. Su cabeza se azotó contra el concreto. Calló inmóvil y luego se transformó de nuevo. Yuriko quedó inconsciente en el suelo.

Esperaba no haberle causado una gran contusión. Corrí hasta ella. Aún respiraba, eso era bueno. Dejó salir un quejido cuando la giré boca arriba. Aún tenía una expresión de dolor en su rostro. Verla así hizo que de repente sintiera burbujear mi sangre.

Todo era culpa de esa chica. ¿Dónde estaba? ¿Hasta cuando lastimaría a la gente? La busqué con la mirada, pero solo vi el caos que había desatado.

De repente escuché la alarma de incendios, había humo saliendo de la cafetería donde habíamos estado, era una verdadera locura. El humo comenzo a llegar hasta nosotras, la gente corría hacia las escaleras de emergencia. Otros estaban tan afectados por la influencia de la muchacha que no se daban cuenta de lo cerca que estaban del fuego.
Esto no podía seguir así. Tome a Yuriko en mi espalda. Era más pesada de lo que parecía, o yo me había vuelto más débil con el reposo. Como fuera, me costaba moverme con ella a cuestas.
Ni hablar de elevarme en el aire para escapar, el humo me ahogaría.
Traté como pude de alejarnos del fuego. Cuando estábamos a punto de llegar a la escalera de emergencia vi por el rabillo del ojo como algo caía del techo. El centro comercial tenía decoraciones metálicas abstractas colgando por todas partes. El fuego había alcanzado uno de los cables que los sostenían, y este balanceándose había empujado a los demás haciéndolos caer en cadena.
Uno de ellos bloqueó la escalera. Alcancé a reaccionar por un pelo. Pero otros no. Había varias personas en todo el piso que habían quedado atrapadas bajo las pesadas decoraciones.