9. Maldita psicópata

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Miranda

Me quedé sin aliento cuando su rostro se pegó al mío más de lo que debía. Su cabello corrido hacia adelante y esos ojos tan profundos y a la vez helados.

Allen Versen era guapo, pero de cerca era el doble de guapo. Además del aire tan oscuro que cargaba, como el que oculta un secreto.

—¿Qué se supone que estás haciendo?— pregunto con el ceño fruncido, mirándolo fijamente a los ojos.

—¿Qué se supone que haces tú siguiéndome?— pregunta él de vuelta y yo me muerdo la pared de mi boca interior hasta que siento un pinchazo doloroso. Creo que rompí la piel.

— Yo...pensé que...— Pero soy interrumpida por una voz femenina que se acerca hacia nosotros.

Allen mueve la cabeza hacia esa voz y luego me toma de los brazos para llevarme detrás de un contenedor y meterme entre el mismo y la pared.

—No hables, no te muevas. Ni siquiera respires—. Dijo— No importa lo que escuches, no salgas de aquí atrás. ¿Te quedó claro?— preguntó y yo asentí confundida.

Allen se alejó entonces y justo en ese momento la voz de la chica se hizo más presente. Estaba ahí, frente al contenedor en el que me encontraba y por su tono de voz no parecía muy feliz.

— Allen Versen—, pronunció el nombre de mi compañero casi en un chillido, al parecer el enojo se había disipado— ¿Cómo está mi pelinegro favorito?

—Pensé que tú pelinegro favorito era yo—. Comentó otra voz.

Esa voz...

¿Chase?

— Ambos son mis favoritos—. Dijo con orgullo, como si se tratara de dos brillantes trofeos— Por algo trabajan para mí.

¿Qué?

— Deberías decir lo que necesitas y marcharte—. Esa era la voz de Allen y al parecer estaba nervioso. Tal vez por mi presencia— Este no es sitio para hablar de estos temas. Alguien podría escucharnos.

— Entonces lo mato—. Respondió la chica.

Mis ojos se abrieron de la impresión por su comentario y seguido algo chocó contra el contenedor. La cosa rebotó y luego se salió por la parte de atrás, hasta caer en mi cabeza.

Yo me lo quité lentamente con mis manos y lo aleje para verlo. Era...una cáscara de banana. El gesto de asco que hice, desapareció al instante en que escuché el reinicio de la conversación.

— ¿Por qué estás aquí?— preguntó Allen.

— Porque necesito ayuda en algo—. Respondió— Hay un chico que se portó muy mal conmigo y quiero darle una lección, pero si me reconoce no vendrá y no podré reprenderlo.

—No somos tus cómplices en problemas amorosos, Polly—. Intervino Chase— No podemos ayudarte con eso.

—¿Ah no?— dijo la tal Polly y comencé a sentir sus pasos peligrosamente cerca de mí— Es una lástima. Entonces no tendrán quién financie sus misiones.

Hubo unos segundos de silencio, hasta que escuché a uno de los hermanos hablar.

—Ya encontraremos otra manera de hacerlo—. Ese era Chase y parecía muy seguro de sus palabras.

—Quiero que quede algo en claro entre nosotros dos—. Dijo la chica y pude sentir como se recostó en el contenedor— Ya no eres de mis chicos favoritos, Versen.

Y seguido un movimiento del contenedor que hizo a la chica proferir un grito. Del mismo contenedor salió una enorme rata que fue a parar en mi cabeza, rasguñando mi piel y haciendo que saliera de un brinco detrás de mi escondite, para caer de culo frente a los zapatos de la chica.

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⏰ Última actualización: Oct 04 ⏰

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