Cayendo en su juego

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Daleska

Estaba cansada de tantas clases de la universidad quería llegar a casa ya. Félix manejaba el auto mientras yo miraba por el cristal pensando en Axel.

—Hemos llegado señorita Ridley—Me comunica Félix.

—Gracias por traerme Félix—Le sonrió y proceso a bajarme del auto.

Entró a la casa y la sirvienta viene hacia mí para indicarme dónde está Axel la sigo y la verdad nunca había pasado por esta parte de la casa la sirvienta se va y yo toco la puerta.

—Adelante.—Entró a la oficina.

No me dio tiempo a pasar por mi casa pero me cambié en la universidad cargaba un vestido pegado al cuerpo de color rojo resaltando mis senos me veía de muerte lenta.

—Buenas Axel vine por la oferta de trabajo que me hizo ayer.

—Siéntate por favor.

Nuestras miradas estaban conectadas sentía como él me devorada los pechos con solo observarme su mirada era tan penetrante y mis bragas cada vez se mojaban más.

—Primero que todo no te quiero involucrar en mis negocios sucios serás mi asistente llevarás mis horarios y algunos pendientes de mi empresa. Pero nada que ver con los otros negocios no quiero meterte en problemas.

—Gracias por cuidarme y por supuesto que acepto su propuesta me hace falta ese dinero.

—Quería hablar también de otro tema contigo.

Se levanta de su asiento y caminaba hacia mi. Mi corazón se empezó acelerar como loco mis bragas ya no aguantaban tanta humedad quería que él me besara que me tocara. Angui es mi amiga no debo hacer esas cosas con su padre pero qué pecado no desearlo.

—Si dígame—Tartamudeaba de los nervios que ya tenía.

Con sus dedos tocaba mis labios y luego undio uno de ellos en mi boca.

—Quiero que seas mía Daleska.

Me lo esperaba pero me quedé en shock no sabía qué responder una parte de mi cerebro decía >>Si Axel quiero ser toda tuya<< y la otra me repetía >>Angui es tu amiga<< no sabía qué contestar.

Baja hacia mis labios y con agilidad se apoderó de mi boca nuestras lenguas bailaban siento como sus dedos pasaban por debajo de mi vestido y me gusta tanto el peligro que le doy más acceso a mi sexo el cual unde sus dedos sin pensarlo.

—¿Te gusta nena?—Muerde mis labios y va hacia el escote de mi vestido y sacando mis tetas y mordiendo las succionándolas se las devorada con plenitud sin dejar de mover los dedos en mi sexo.

Este hombre es un dios hace cosas que me ponen como perra en calor el fuego nos invade y con agresividad hace trizas mi vestido lo rompe. Y me pregunta nuevamente.

—¿Te gusta nena?

—Si Axel me encanta y si quiero ser toda tuya.

No sé porque carajos dije eso solo sentía otra ola de calor y de deseo. Axel se arrodilló para quitarme las bragas .

—Te voy a devorar y te voy a dejar con ansias de más.

Terminado su frase fue directo hacia mis pliegues y con su lengua hacía maravillas. Gemía descontrolada mente mientras el succionaba mi clitoris y con su mano me tocaba el sexo.

Nunca Max me devoró de la manera en la que Axel lo estaba haciendo me sentía realmente deseada por él. Siento demasiado calor y mi subconsciente me dice que ya me voy a venir.

Entre las llamas de su infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora