-¿Qué soy yo para ti? Dímelo.
Jungkook titubeó sin margen entre ellos para alejarse, obligado a mirarlo a los ojos contuvo la respiración casi hasta desmayarse y revoloteó sus pestañas.
-Taehyung... eres muy especial para mí y te aprecio mucho.
-No -gruñó, tratando de detener sus palabras-. ¿Por qué te cuesta tanto aceptarlo?
El chico, sintiéndose apresado, giro su cabeza hacia un lado buscando más espacio de movimiento entre ellos.
-¿Qué buscas que diga?
-Sé que te gusto...
Taehyung no dudaba en acercarse más y más, llevando sus manos a la pared, de forma que Jungkook quedase atrapado entre sus propio cuerpo y esta.
-No me importa si lo que dijiste ayer noche es verdad o no, porque sé que te gusto más de lo que desearías -habló lentamente con aquel molesto tono de burla que era típico en él-. Aún así no te perdono, así que vete.
-¡Taehyung! -trató de llamar su atención antes de que lo echaran definitivamente de aquella casa-. Yo nunca tuve prejuicios ni miedos, y sé perfectamente que los amigos no se tratan como nosotros nos tratamos, lo sé. ¿Qué más da? Solo me preocupa que mis palabras de ayer te hayan dañado.
El mayor bufó, repleto de cólera y frustración. Sus pupilas menguaron y sus ojos hazel parecieron más oscuros de lo normal.
-No son tus palabras las que me dañan, si no tus acciones. Eres como un niño inmaduro, quieres que seamos amigos y al mismo tiempo experimentar conmigo. Quieres que te perdone, pero no quieres afrontar lo que pasa entre nosotros.
Jungkook se quedó estático en su lugar, evadiendo su mirada hacia el suelo.
-Dices que te preocupan mis sentimientos, pero, ¿qué pasaría si te beso en este momento?
Aquella pregunta inesperada hizo que el chico se sorprendiera, levantando sorpresivamente su mirada hacia la de su mayor. La ira se fue disipando y escapando de las sílabas que salían de su boca, dejando entrever aquel corazón adolorido y triste que intentaba ocultar con tanto recelo.
-¿Qué pasaría si te beso sin alcohol de por medio? ¿Cuánto me odiarías por ello?
Su voz, baja y ronca, no tuvo más que decir. Sus miradas se conectaron con aquella inexplicable facilidad que tenían para mirarse a los ojos sin importar la distancia. Se hizo el silencio absoluto y tomaron su tiempo para mirarse. Se apreciaron el uno al otro, Jungkook contó los lunares en el rostro del mayor, y él contuvo un suspiro tras mirar sus redondos y grandes ojos.
-No lo sé, tú tampoco probaste a hacerlo nunca...
El cielo pareció haberse apagado con mayor rapidez mientras discutían, la noche cayó repentinamente dejando la ciudad en penumbra. El atardecer había llegado a su fin, y con ello la calma se asentó junto a la neblina de finales de octubre.
No podrían decir quién dio el primer paso, pero iluminados tan solo por la cálida bombilla de tenue luz sus párpados se cerraron lentamente y sus labios volvieron a encontrarse. Para Taehyung fue como rellenar sus pulmones del más puro aire fresco, tomar entre sus manos el redondo rostro del chico y besar su boca de forma dulce lo llenó de luz reparadora.
Para Jungkook, que era muy diferente a él, dejarse llevar por sus besos se sentía como encender repentinamente una cerilla y dejarse consumir lentamente por la llama. En ese tiempo no solo había tomado la iniciativa de aceptar en su interior que sentía atracción hacia los hombres -porque ciertamente a Jungkook jamás le interesaron demasiado las relaciones-, sino que, contra todo pronóstico, se había dado cuenta de lo mucho que le gustaba Kim Taehyung.
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Fumar mata. Vkook
FanfictionLos hombres rara vez tienen el valor suficiente para ser, o extremadamente buenos, o extremadamente malos. Kim Taehyung, en cambio, tiene el poder de ser ambos. Taekook