A tu lado [Arlefuri]

Capitulo 5

A Furina le gustaba leer mucho.
Así como dormir, comer pasteles o perseguir gatos en las calles. Le gustaba sumergirse en un buen libro de tapa gruesa hasta acabarselo por completo. Era como deleitarse con la gran delicia de pastel que solo sacan 16 porciones al día.

Aunque ya habiendo infinidad de libros, decidió explorar más y para eso existía Navia.

"Deberías leer los fanfics que publican, aunque no deberías sorprenderte por lo que verás allí"

Recuerda muy bien las palabras de la rubia, por lo que hoy teniendo tiempo libre ya habiendo corregido el guión que le dieron de una obra salió, necesitaba aire como muchos le decían y por otro lado, también necesitaba inspiración para poder seguir con su trabajo.

—Buen día, Señorita Furina ¡bienvenida al océano de palabras!

—Buen día, Hubel, no tienes que decir eso siempre que vengo—Comentó Furina con una sonrisa a lo que el dueño del quiosco también sonrió.

—Es que estoy feliz porque ingresaron nuevos libros...y porque mis escritos están llamando mucho la atención.

—¿Enserio? ¡Me alegro! Ahora, ¿De que libros me hablas?—Menciono con cierta intriga.

El chico al inicio se mostró dudoso—Jeje...mmh..¡Bueno! Son estos—Se agachó por unos segundos para luego levantar varios libros, se veían más actuales y coloridos—Estuve hablando con amigos de otras naciones y conseguí esto.

—¡Oh! Genial, permíteme.

—Pero Señorita Furina, hay un detalle jeje...

Para cuándo dijo esto ya Furina había dado una ojeada al primer libro, por alguna razón tenía un dibujo de Neuvillette lo cual le llevo a ingresar más en el libro pero cuando lo hizo, tenía uno donde estaba Wriothesley y la escena no era tan para todo público que digamos.

—¿Q-Qué..?

—Hay mucha gente que últimamente están inspirándose y me traen sus "fanfics"—Comentó Hubel algo nervioso y rascándose la nuca—Aunque no lo crea, son bastante leídos como este...

Le pasó un libro con una paleta de colores más vivido, apesar del morado que recubría la pasta, los diseños eran amarillos dejando que resaltará muy bien, al abrirlo solo buscó los nombres y volvió a cerrarlos.

—(¿Será que Navia sobre ellas también...?)

Fue mirando libro por libro, había otro de Chiori, la costurera de la ciudad y Chevreuse, la capitana de la Unidad Especial de Seguridad y Vigilancia. Volvíamos con Wriothesley ahora con Clorinde, hasta el viajero estaba siendo emparejado a Wriothesley...¿Que pasaba con él?

Luego de darle el vistazo intentando pensar si llevárselos o no, aunque notó como el joven ocultaba dos libros que eran negros en su mayoría pero su decoración era entre blanco, azul y rojo captando su atención.

—¿Qué pasa con esos.

—¿Estos? Nada, solo no creo que le gusten.

Furina con más curiosidad que antes estiró su mano—Ya he visto demasiado, no creo que importe.

—Bueno...—Le dió los libros, era una mirada rápida y se acabó. Aunque eso no se podría cumplir de solo ver quienes protagonizaban esas historias.

—¿Eh? ¿Señorita Furina? ¿Está bien?

—Sí...—Dio una tos falsa para desviar pequeña impresión, en su larga vida habría pensado que la emparejaban con un Fatui y especialmente con uno que conocía.

—Pensé que se enojaría por eso así que no se lo mostraba por eso...

—No no...de hecho, ¿Cuánto es por llevarme todos?

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Furina regresaba de su pequeña compra muy necesaria, con unos 10 libros de diferentes tamaños en su bolsa que al llegar a casa subió a su habitación para dejar cada uno en el estante vacío y casi brincar a su cama con el que más le interesaba.

—Bueno, Furina ya estás aquí y no hay marcha—Se acomodo lo mejor posible en su cama para una buena lectura—No estás haciendo nada malo, ¡Solo es un libro! Que sea de tú y Arlecchino no quita que sea ficcion, ¿Que tan malo puede ser?
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—¡Knave mhp!
Arlecchino escuchó con regocijo casa súplica y gemido de la arconte hydro. Más que feliz, sentada mientras veía lo impaciente que se ponía con el tiempo pasando.

—¿Sucede algo, Lady Furina?

Furina con el ceño fruncido, las mejillas sonrojadas y la ropa desordenada a la vez que estaba atada, bajo la cabeza para no mirar a la brivona. Se encontraba arrodillada en frente suyo en una posición muy humillante.

—Dije, sucede algo, ¿Lady Furina?—Su tono se volvió más serio, con el tacón buscó levantar su cabeza pero fue rechazada por la arconte sin dejarse humillar tan fácil. Aunque eso solo provocó fastidio en la Fatui al ver su terquedad.

—¿Acaso debo domesticarte, mi arconte?

—Se inclinó para tomar su mentón con fuerza y hacer contacto visual. Las piernas de Furina temblaban aún más acompañado de un sonido vibrante que provenía de entre las piernas de esta misma.

—A-Ar-Arlecchino...mhg~ b-basta...

—Pero tu cuerpo dice lo contrario—Empezo con una voz inocente hasta mostrar una sonrisa socarrona, Furina la besó intentando callar sus gemidos pero la Sota no reaccionó más que verla siendo tan indefensa.
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—Wow...

Y llevaba unas buenas páginas, no lo podía creer y menos lo que estaba leyendo, ¿La gente se imaginaba esas cosas? Por alguna razón era tan bueno que no podía dejar de hacerlo.

Aunque mostraran a Arlecchino como alguién fría y sin sentimientos de tal manera que la llevaría a ese extremo. Quizás la mayoría piense así de ella por como la miran pero la realidad era otra.

—¿Ella podría hacer eso...?

No lo creía, hasta ahora se había vuelto muy considerada como para dañarla luego de atacarla por la noche cuando aún era la arconte y solo ahí vió lo tenebrosa que podía llegar a ser.

El Arlecchino que los ciudadanos relataban era uno muy diferente, pero aún así no sabía porque le atraía demasiado.El calor había llegado a su cuerpo, dejando de lado el libro, si eso pudiera pasar, ¿Cómo reaccionaria?

Sus manos se deslizaron sin darse cuenta, poco a poco hasta llegar a su abdomen y pasar por debajo de su ropa, acariciando su piel por su cuenta en lo que divagaba.

¿Será ese su toque real? ¿Cómo trataría a alguien que desea llevarlo a la cama? Le daba intriga, especialmente con el reciente cosquilleo en su entrepierna y que atendería muy pronto.

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¿Entonces valió la pena? No lo sabe, solo que no quiere verse a la cara después de lo que hizo y ahora se lavaba las manos en su baño. Quizás debería darse un baño.

—No se como voy a verla ahora...
Tenía un ligero rubor, el trío de criaturas salieron repentinamente y se sobresaltó por la sorpresa.

—¡Al menos avisen que van a salir!