En el Umbral del Misterio

7 0 0
                                    

Alma tenía seis años y vivía en un mundo lleno de secretos. Su padre, un hombre amable y fuerte, la había criado en un pequeño apartamento en la ciudad.Ella nunca había entendido por qué su padre era tan cuidadoso con su vida. Nunca salían de la ciudad, nunca conocían a nuevos amigos, y nunca hablaban de su familia. Pero Alma sentía que era diferente. Sentía una conexión con la naturaleza, con los animales, y con algo más que no podía explicar.Un día, mientras jugaba en su habitación, Alma descubrió algo extraño. Su padre estaba hablando con alguien en voz baja, y parecía nervioso.— ¿Quién es, papá? — preguntó Alma.Su padre se sorprendió y se levantó rápidamente.— Nadie, pequeña. Solo un amigo.Alma miró a su padre con curiosidad. Sabía que él estaba ocultando algo.— ¿Qué pasa, papá? — insistió.Su padre suspiró y se sentó junto a ella.— Alma, hay cosas que no puedes entender aún. Pero te prometo que te protegeré siempre.Más tarde, mientras desayunaban, Alma preguntó:— Papá, ¿por qué no podemos salir de la ciudad?Su padre se detuvo un momento, con la espátula en mano.— Es por tu seguridad, Alma. No es seguro para ti.Alma frunció el ceño.— ¿Qué peligro hay?Su padre sonrió y le puso un pancake en el plato.— No hay peligro, pequeña. Solo es mejor que estemos aquí.Justo entonces, escucharon un ruido en la puerta. Alma se sorprendió.— ¿Quién es? — preguntó.Su padre se levantó rápidamente y miró por la mirilla.— No es nadie, pequeña. Vuelve a tu habitación.Alma se levantó y se dirigió a su habitación, con la sensación de que algo estaba sucediendo.Mientras se sentaba en su cama, escuchó un susurro en su oído. "Alma, no te fíes de nadie." La voz era baja y misteriosa.Alma se sorprendió y se levantó de la cama. ¿Quién había hablado? No había nadie en su habitación.Se acercó a la ventana y miró hacia afuera. En el tejado de enfrente, vio una figura sombría que la observaba.Alma se estremeció. ¿Qué estaba pasando?Su padre llamó a la puerta de su habitación.— Alma, ¿estás bien?Alma se volvió hacia la puerta.— Sí, papá. Estoy bien.Pero no estaba bien. Algo estaba sucediendo, y ella no sabía qué.Cuando su padre se fue, Alma se acercó a la ventana y miró hacia afuera. La figura sombría había desaparecido.Pero en su lugar, vio algo que la hizo sentir un escalofrío. Un dragón.Un dragón que la miraba fijamente.Alma parpadeó, pensando que era solo su imaginación. Pero cuando volvió a abrir los ojos, el dragón seguía allí.— ¿Es real? — se preguntó a sí misma. — ¿O es solo mi imaginación?El dragón no se movía, pero Alma podía sentir su presencia. Era como si la estuviera llamando.

El Último Dragón HíbridoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora