TR&TC [Meanie || Minwon]

Capítulo 30

Una respiración suave y regular sustituyó a la respuesta. No había pasado mucho tiempo desde que se mostró el título de la película y ya se estaba durmiendo. Mingyu miró la cara de Wonwoo con una sonrisa.

No tenía necesidad de entrenar al aire libre, por lo que no había señales de quemaduras de sol sobre su piel. A Mingyu le ocurría lo mismo, pero las mejillas de Wonwoo estaban excepcionalmente blancas y limpias. No era como en su juventud, cuando llevaba un pequeño rasguño siempre, quizá la manifestación tardía le afectó. La capacidad física de un alfa es muy superior a la de los omegas, pero la velocidad de recuperación de heridas no podía seguir el ritmo de estos últimos. Fue un producto natural de la evolución para asegurarles un futuro sano y salvo. Mingyu tocó ligeramente cerca de la frente, donde probablemente se esperaba que hubiera una cicatriz. La misma, que ahora estaba oculta por el pelo suelto, podría haberse curado ya limpiamente si hubiera sido reciente, pero fue un poco decepcionante.

El hombre que se durmió apoyado en sus brazos estaba sonrojado bajo los ojos. Había un leve olor a rosas frescas desde su piel ligeramente roja.

"Estúpido, no puedes mantener controladas tus feromonas."

Mingyu refunfuñó, pero no pudo deshacerse de la extraña sensación que tenía en su interior.

Desde que se hicieron adultos, siempre hubo una tensión invisible entre los dos. Wonwoo siempre permanecía con un rostro frío y rígido cuando le miraba. Como un hombre al que siempre le perseguía algo, un jugador en el último partido de los Juegos Olímpicos de Invierno.

Ver una cara tan cómoda por primera vez en mucho tiempo le hizo recordar el pasado.

En ese entonces sonreía mucho.

De niño, Wonwoo era un niño con un lado bonito. Debido a su carácter tímido, hablaba muy poco, pero siempre era afectuoso y honesto en todo momento.

Estrictamente autocontrolado como lo es ahora, pero entonces su disposición natural era más ingenua que obstinada. Entre los tipos alfas que tenían inútilmente enormes egos, su mirada, que no se dejaba llevar por distracciones y solo se centraba en el entrenamiento, era bastante más entrañable. La batalla invisible por los rankings que caracterizaba a los hombres, y la vaga rivalidad entre los alfas también estaba lejos suyo. Fue Wonwoo quien alabó con franqueza el talento de Mingyu.

-Min, ¿cómo va tu rehabilitación?

-No quiero que te enfermes.

-Te envidio. Tienes talento y ganas de trabajar más que nadie.

Esa cara, que se sonreía con sus mejillas rojas mientras se quitaba el equipo de protección, pasó por su cabeza como si hubiera sido ayer.

... Qué pensamientos inútiles.

Sacudiendo la cabeza se levantó de su asiento. Dudó por un momento, puso su mano bajo el brazo caído de Wonwoo y lo levantó. El cuerpo de un adulto bien entrenado pesaba considerablemente, pero pudo llevarlo al dormitorio sin mucho esfuerzo.

Lo dejó dormido en su cama, se levantó con la cabeza gacha. Wonwoo se quedó dormido sin moverse. Es una evolución asombrosa en comparación con el momento en que llegó a esta casa por primera vez y estaba en vilo. Mirando por un momento ese rostro sereno, suspiró suavemente. El enfado por la pelea de hoy con su padre se había calmado.

El aprecio que sentía Minhyuk por el jugador llamado Jeon Wonwoo era bastante complejo. Su padre parecía sentir pena por Wonwoo, cuyo talento empezó a florecer tras el intercambio, y también odiaba que su equipo le hubiera arrebatado el campeonato. En pocas palabras, esto constaba de sentimientos similares, de amor y odio hacia un jugador que ya había salido de sus manos. Tal duplicidad se podía encontrar incluso en Mingyu. Tristeza, melancolía, odio, añoranza. Las emociones que habían permanecido durante mucho tiempo en el armario de su conciencia se derramaron todas a la vez.