Capítulo 50

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Tal vez fue una especie de trauma, también. Después de ese día, Wonwoo desarrolló ese extraño hábito. Cuando estaba nervioso o en una situación desfavorable, sus dedos siempre parecían fríos, como cuando estaba en el hielo sin la calefacción.

Incluso cuando sabía que era una alucinación, se mordía la punta del dedo, el dolor agudo era alarmante y era entonces cuando se sentía aliviado. Así que Wonwoo, de 18 años, desarrolló un hábito que nunca había experimentado a la edad de ocho años. Esperaba nunca ser atrapado haciéndolo delante de su familia.

La sangre caliente goteaba del cuarto dedo de su mano izquierda. El dolor de la carne desgarrada hizo que recobrara un poco el sentido. Por supuesto, eso no mejoró la situación. Solo se dio cuenta de lo miserable que era ahora.

No quería creer que tuviera que pasar por este dolor el resto de su vida.

Ding dong. Ding dong.

Estaba sollozando con los dientes clavados en el dorso de su mano, y de repente escuchó un sonido. Alguien estaba tocando el timbre del porche. Al principio, pensó que era una ilusión, pero el sonido no cesaba con facilidad, era persistente. Wonwoo contuvo la respiración. Al vivir solo, lejos de su familia y de sus amigos, no tenía a nadie que le visitara sin ponerse en contacto con él. Si abría la puerta, podría ver el estado actual de las cosas. Conteniendo la respiración como un animal nervioso, oyó débilmente una voz familiar.

"Scarlett, soy yo. ¿Estás ahí?"

"¿...Mingyu?"

Dudó de sus oídos. Por qué demonios iba a estar ese hombre en Chicago.

"Si estás dentro, déjame entrar. No, solo escúchame".

Wonwoo levantó su cuerpo inquieto hasta la mitad. Por un breve momento, se le pasó por la cabeza la clase de cosas estaba haciendo. Su pelo enmarañado sin secar, los ojos y las mejillas rojas por el celo, los pantalones del pijama empapados de semen y el fluido que seguía derramándose atrás. De estar cuerdo, no podía dejarse ver ante los demás. Pero el tiempo ganado a base de morder dedos ensangrentados era demasiado corto. El calor que dominaba todo su cuerpo seguía siendo doloroso, y sus pensamientos estaban borrosos como si la niebla llenara su cabeza de nuevo. A los oídos de Wonwoo, que luchaba contra sus deseos insatisfechos, la voz de Mingyu sonaba tan dulce como la canción de una sirena.

"Tengo algo que decir. Solo necesito saber que estás ahí por un segundo."

Los instintos de Wonwoo instigaron suavemente su razón. Medio fuera de sí, se cayó de la cama. No podía mantener el equilibrio, así que se puso de pie a duras penas.

"¿Scarlett? ¡Scarlett!"

Tal vez lo oyó caer, por eso Mingyu lo llamó ansiosamente. Wonwoo consiguió levantarse, tocando el suelo con sus temblorosos brazos. Aun así, no conseguía tener suficiente fuerza en las piernas, así que repetía la caída una y otra vez mientras se dirigía a la puerta principal. Arrastrando sus rodillas, destrabó la puerta y esta se abrió de inmediato.

"¿Qué demonios ha sido eso de ahora?"

Mingyu cerró la boca. Wonwoo estaba raro ahora, lo sabía incluso antes de que la puerta se abriera. El aroma era lo suficientemente fuerte como para sentirlo más allá de la puerta principal bien cerrada. Era como si los pétalos maduros se fundieran, oliendo como un campo de rosas desordenado.

"Solo quería ir a dar una vuelta en coche al principio... y cuando me di cuenta estaba cerca de acá"

Se tardó siete horas en coche desde su apartamento hasta la casa de Wonwoo. Obviamente, no fue un viaje para pasear. Cuando recobró el sentido, se encontró corriendo en la carretera. Tal vez ganó una o dos multas por exceso de velocidad. Estuvo fuera de sus cabales todo el camino. Fue una suerte que no hubiera ningún muerto en la carretera, contra la bestia que cruzaba la misma. Wonwoo lo miró con ojos parecidos a los de un ciervo sorprendido por la luz de unos faros en medio de la noche. Fue correcto decir que se le quedó mirando fijamente.

TR&TC [Meanie || Minwon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora