🌟dos

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Abby

Yo debo estar pagando un karma terrible para que Dios la vida, míster popo o quien sea me haya puesto en esta situación.

— No me dijiste que ese chico era tu ex — dijo Máximo mientras estábamos sentado en el césped de mi casa.

— No le tome mucha importancia, lo siento por no decírtelo— murmure mirándole— Pero te juró que no es relevante en nada.

— ¿Segura? Porque como te miraba como…- negó con la cabeza — Amore, ¿Es por él, qué tú aceptaste irte a Italia?

Me quede en silencio y los nervios me estaban ganando. Me sentía una mierda en todo los sentidos de la palabra por hacerlo pasar por esto. Asentí con la cabeza.

— Lo conozco desde los 13 años, era compañero de mi hermano en la masía, al principio me caí falta por su estúpida actitud- comencé a decir — Paso el tiempo y como tenia un ex gilipollas y… él estuvo en ese momento. No te voy a mentir, sí me enamore y como jamás me imagine. Pero me termino engañando también y llegamos al final de historia.

Solté un suspiro y creí que me vería con decepción o algo así, pero al contrario de se acerco a tomar mis manos.

— Abby, todos tenemos un pasado y sabes que no soy ningún santo al algo así- solté una leve risa — Ey, antes de ser novios éramos amigos y puedes confiar en mi.

— Lo sé— le di un pequeño beso en los labios- Pero enserió, almenos debiste mirarlo feo.

Soltó una risa y negó con la cabeza. Jamás se ha sentido celoso de nadie, lo que es nuevo en mi vida teniendo en cuenta que Héctor es celoso hasta con una planta.

—No me hace falta, no eres propiedad de nadie, ni mucho menos mía.

Pluto se acomoda encima de mi, aún  no deja que se acerque micho a mi. Es más, cuando lo conoció le ladró por una hora.

¿hablamos de Héctor o del Perro?

¿Tú que crees?

— ¿Quieres ir hagamos pizza para cenar?— me pregunta.

— ¿Me vas a cocinar? — pregunté con una ceja alzada.

— Te recuerdo que tú no sabes ni hacer un huevo frito — se burla y ruedo los ojos divertida— Pero me vas tener que ayudar.

— Vale- me ayuda levantarme del piso y vamos a la cocina para poder y preparar las pizzas, bueno, él lo hacía yo por otro lado discutía con mi hermano.

— Aún no entiendo como Abby, teniendo una amplio historial de gilipollas con problemas. Te encontró a ti, ¿Qué amarre te hizo?

— ¿Eres mi hermano o mi enemigo? — lo miro confundida.

— Depende el día, ambos — me pasa un brazo por mis hombros y le doy un leve golpe en el estómago- Entonces, cenamos y nos preparamos para salir.

— Lo siento, pero yo tengo que arreglar unas cosa para mi padre aquí en Barcelona- murmura — será otra la otra — me da un beso la cabeza- Diviértete.

— Nos vemos- sale de la cocina y miro a mi hermano con el ceño fruncido.

— ¿Salir ? Le dijiste a mamá que era una “reunión privada” en casa de Lamine

— Sí…bueno, la reunión en casa de Lamine se puede trasladar al.. ¡No tengo porque darte esa información…— me grita y suelto la pizza— Así que tú puedes ir con las chicas a no sé donde mientras que yo, voy a casa de Lamine. Brenda y Valentina te van a recoger.

Serendipia//Héctor FortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora