Olympiastadion

11. Abril / Apirila

It's one life and there's no return and no deposit,
one life, so it's time to open up your closet.

"I Am What I Am", Gloria Gaynor

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Hace semanas que Martin está contando los días que faltan para que llegue Semana Santa y poder irse unos días a Euskadi. Las prácticas y el TFG están terminando con su cordura y lleva ya unas cuantas noches soñando con ver el mar.

Tiene ganas de despejarse, de salir de Madrid, pero tiene aún más ganas de que Juanjo lo haga. Salir del armario con su familia se le está haciendo muy cuesta arriba y aunque no le afecta en su día a día, el maño siempre se pone en tensión cuando su madre le llama o cuando alguien saca el tema.

Juanjo y él se han planificado el mes de tal manera que les coinciden las vacaciones en el trabajo para poder irse los dos juntos. Van a pasar tres días en Bilbao y tres en Zaragoza para así poder ver a las familias y los amigos de los dos. Martin quiere presentarle a Juanjo a sus padres como su novio: no lo ha hecho aún porque quiere hacerlo en persona, pero sabe que su madre, al menos, se huele algo. Ha tenido que notar por fuerza que cada vez nombra más a Juanjo cuando le cuenta su día o los planes que tiene, y ella le pregunta cada vez más por él.

Está contento. Tiene ganas de terminar la carrera y empezar a moverse por el mundillo, aunque le hayan dicho que es muy difícil conseguir algo estable. Tiene la sensación de que le van a dejar quedarse en las prácticas, aunque sea a media jornada, y poder cambiar el curro en el café por algo de su sector ya le parece una muy buena opción.

Tiene casi todo lo que alguien de su edad desearía: un trabajo a media jornada, un piso de alquiler, una carrera casi terminada, buenos amigos y un novio del que está profundamente enamorado. Solo le faltaría poder ver el mar más a menudo.

El lunes de Semana Santa cogen un avión rumbo norte. Cuando aterrizan, la madre de Martin les está esperando fuera para recogerles.

-Hola, cariño, ¿qué tal el vuelo? – Pregunta la mujer a su hijo abrazándole, pero no le deja tiempo de contestar porque se dirige seguidamente al chico que va con él. - Juanjo, pero que guapo estás, ¿has crecido?

-Espero que no - Contesta él, riendo mientras la saluda con dos besos.

El trayecto en coche hasta su casa es corto y bastante ameno. Aunque vaya sentado detrás, Julia le saca tema de conversación a Juanjo durante todo el viaje y Martin no puede reprimir la sonrisa que se le forma cuando les ve hablar como si se conocieran de toda la vida. Tan solo se habían visto unas cuantas veces antes de esta, las pocas que la mujer se había pasado por el piso y cuando fueron a ver el partido del Athletic en septiembre, evento que Martin siente ya muy lejano aunque solo hayan pasado siete meses.

Siete meses y Martin siente que lleva toda la vida al lado de Juanjo.

Cuando llegan a casa, Irati se le echa encima y le riñe por no ir más a menudo. Asier, el menor de los tres, les observa de lejos. Está en su segundo año de instituto y quiere fingir que pasa de todo, pero enseguida le abraza cuando Martin se acerca a saludarle y le propone ir luego al descampado de detrás de su casa a chutar un rato la pelota.

Juanjo entra detrás de Martin, nervioso. Sus hermanos saben que están juntos, pero apenas les conoce y tiene miedo de ver en sus caras algo que pueda interpretar como rechazo. Nada más lejos de la realidad: Irati le abraza y Asier le choca el puño como a un buen bro. Martin ve a su madre sonreir ante la escena y decide que es un buen momento para contárselo todo y así no tener que pensar más en ello.

Respira hondo. Coge la mano de Juanjo y le mira con la certeza de saber que le va a devolver la mirada. Juanjo asiente, sonriendo, y luego:

-Ama, tengo que contarte algo...