5. Noviembre

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-¡Que guay! Hacéis muy buena pareja, en verdad. ¿Hace mucho?

-Eh..., bueno... - balbucea Juanjo, mirando a Martin. No sabe por qué ha dicho que sí. No sabe por qué él también ha dicho que sí. No están juntos. No son pareja. ¿Por qué ha dicho que sí?

-Nos liamos a veces - le ayuda Martin, que ha visto que se estaba metiendo en un bucle mental del que no podía salir. - No es nada serio.

-Ah, jo... - La rubia parece decepcionada - ¿Lo sabe alguien?

-Tu novio. Y Álvaro, el amigo de Juanjo. Porfa, no lo digas.

-No, claro. Os guardo el secreto. Que guay, amantes a escondidas, ¿no?

Silencio.

-¿No vas a hacer ningún comentario? - le dice Juanjo, extrañado de que no esté sorprendida de haberle visto dándose el lote con otro chico.

-¿Qué voy a decir? Sois dos chicos guapos, si os gustáis, pues liaros, ¿no?

Se miran. Juanjo claramente se refiere a comentarios sobre su sexualidad, pero parece que a la chica no le ha sorprendido en absoluto. Martin tiene una expresión en la cara que no sabe leer del todo bien. ¿Estará pensando también en por qué ha dicho que sí que están juntos?

La puerta de la cocina se abre y aparece Bea preguntando si se van ya o qué. Juanjo agradece la interrupción porque le permite evadirse de sus pensamientos, coger un par de latas de cerveza de la nevera y salir al comedor a anunciar que ha llegado la hora de irse.


Se terminan los chupitos, cogen sus chaquetas y van saliendo hacia la calle, bajando las escaleras del edificio haciendo tanto ruido que Juanjo ya se ha hecho una nota mental para ir a pedir perdón a doña Antonia mañana. Sus amigos van delante de él, y enseguida oye a alguien que grita su nombre:

-¡Juanjo! - Es Martin, que se ha quedado el último apagando todas las luces y cerrando ventanas. - Espérame.

El vasco baja rápido las escaleras que les separan y le pone uno de los gorros de paja que lleva en la mano en la cabeza. Juanjo lo había olvidado.

-Ahora sí. Disfraz completo.

-Gracias - le sonríe.

-Antes nos hemos dejado algo a medias, ¿no crees? Estaría feo no terminarlo. - bromea, pícaro. Le da un pellizco en el culo y desaparece, bajando las escaleras corriendo, dejándole solo en el rellano del primero.

Niñato. Va a ser una noche muy larga.


El metro va lleno y Martin se sienta en sus rodillas alegando estar cansado, apoyándose con la mano izquierda en su muslo para mantener el equilibrio. Casual, como si lo llevaran haciendo toda la vida. Ni le mira: está hablando con Bea, que va de pie. Juanjo siente la mirada de Álvaro en su nuca, analizándole.

No sabe cómo comportarse con él cuando está rodeado de sus amigos. Desde que han empezado a tontear más se han limitado a hacerlo en su piso o en momentos en los que están los dos solos. Que Martin se esté restregando contra él mientras están en grupo no entraba en sus planes.

Duda sobre si quiere que todos sus amigos lo sepan. Hasta ahora es una cosa de ellos, algo dentro de su burbuja. No tiene que preocuparse por nada. Está bien tal y como están, ellos se entienden.

Anunciarlo al mundo significa también tener que posicionarse como algo y no se siente preparado. Han pasado suficientes meses, y no es tonto como para no darse cuenta de que realmente no es heterosexual; pero mientras este dato viva solamente en su cabeza y no tenga que exteriorizarlo, será una cosa menos de la que preocuparse.

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