Lleva casi tres años viviendo con un clarinetista. Tendría que estar acostumbrado a escucharlo, y eso que cuando entró a vivir en el piso Juanjo intentó insonorizar un poco su habitación para no molestar tanto a quien quiera que fuese su compañero de piso.
Normalmente ensaya un par de horas al día, algún día alguna más, algún día alguna menos. Pero esta semana lleva cuatro días practicando tardes y mañanas enteras. Si tiene un rato, se encierra en la habitación. Hasta practica un rato antes de meterse en la cama. Martin cree incluso que le ha oído repasar partituras en sueños.
-Llevas toda la vida tocando el clarinete y lo haces genial, no vas a mejorar ahora por hacer un intensivo de una semana. - Le dice el martes mientras cenan unos huevos revueltos que habían sido empezados con la intención de ser una tortilla, cocinar nunca ha sido su fuerte. - Si te lo han dicho es porque creen que eres lo suficientemente bueno.
Y es que a Juanjo le han ofrecido una audición para entrar en una conocida orquesta sinfónica en la que se jubila uno de los clarinetes. Se lo dijeron el domingo, después del recital de fin de curso de la orquesta de su facultad, donde él ha tocado durante estos cuatro años y en la que es uno de los principales clarinetistas.
Si le cogieran sería perfecto. Podría dejar su trabajo a media jornada y dedicarse a esto a tiempo completo y compaginarlo con el máster de profesorado que tiene pensado hacer.
No tiene muy claro su futuro, pero le gusta explicar cosas y le gusta la música. Últimamente, Martin le está animando a desarrollar su faceta de cantante, faceta que poca gente conoce a parte de él. De momento ha empezado subiendo alguna cover a tiktok.
El día de la audición no desayuna y apenas come nada de los nervios, pero estos se le pasan automáticamente cuando se sienta en la silla que hay en medio del escenario y empieza a tocar la pieza que se ha preparado en casa. Los responsables del cásting le piden que toque una pieza que ellos han elegido y lo hace sin problema. Sale contento, satisfecho con su trabajo, deseoso de saber si le van a coger o no.
Cuando llega a casa ya se está haciendo de noche y se encuentra a Martin encendiendo una vela de té chai del Mercadona en la mesita del sofá, donde suele cenar cuando ven el fútbol. Es jueves y es noche de Champions. Semifinales.
-¿Qué es esto? - Le pregunta, acercándose.
-He pedido pizzas de esas caras con mortadela y pistacho que te gustan a tí. Tenemos que celebrar que ha ido bien tu prueba, ¿no? - Le dice mientras le da un beso y le abraza. - Y que yo he recuperado a mi novio.
Juanjo suspira y le devuelve el abrazo lo más fuerte que puede.
-Gracias. Te quiero. Y lo siento si me he vuelto un poco loco.
-No pasa nada. Venga, que empieza el partido, ¿has visto la alineación?
*
Están en la cama pocos días después, un despertar tontorrón de domingo que ha empezado con cosquillas y acusaciones de ronquidos y que ha terminado con ambos desnudos y sudados uno encima del otro, cuando Juanjo le lanza una pregunta a Martin:
-¿Tú cómo te definirías?
-¿En qué sentido? - le pregunta, levantando la barbilla de su pecho para poder mirarle a la cara.
-En términos de sexualidad.
Pausa.
-Ah. Pues yo creo que soy gay.
-¿En serio? ¿Y las tías con las que has estado?
-No me lo había planteado nunca hasta que nos liamos tú y yo, porque lo que sentí ese día no lo había sentido nunca con ninguna chica.
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Olympiastadion
RomanceLo que pasa viendo la Eurocopa se queda en la Eurocopa... ¿O no? Son fifas. Viven juntos. Ven el fútbol. Pasan cosas.