Caminos

Casual (Parte 2/3)

Lucero niega con la cabeza, y se miran durante unos segundos, el silencio cargado de expectación. La mano de Mijares todavía reposa delicadamente en su mejilla, ligera y suave como una pluma, con el pulgar deslizándose en un ritmo aleatorio a lo largo del relieve de su pómulo. Ella cierra los ojos al sentir su presencia inclinarse hacia adelante, esperando que el beso sea rápido e intenso, pero se sorprende por la suavidad y dulzura que la hacen derretirse contra sus labios.

Mijares la envuelve con pequeños besos, cada uno tan suave como el anterior. Lucero se da cuenta de que él está probando las aguas, dándole tiempo para retroceder si lo desea. "Todavía puedes decir que no, si quieres..." susurra, mordisqueando ligeramente su labio inferior. "No me voy a enojar, lo prometo."

Lucero mentiría si dijera que no encontraba lo que estaban haciendo una idea completamente absurda, pero una ola de valentía se apoderó de su ser. Ya había dejado que sus miedos la paralizaran en otras situaciones; no había nada de qué tener miedo ahora. Era Manuel Mijares, su exmarido, confidente y hombro amigo. Estaba segura, pasara lo que pasara.

"Házlo," Lucero susurra, acercándose aún más. "Házlo como lo harías con cualquier otra."

"Tú no eres cualquier otra, y lo sabes muy bien," dice, su lengua deslizándose por el costado de su cuello.

"Pero hoy sí lo soy..." Los dedos de Lucero se enredan en su cabello canoso. "Hoy soy tu cita casual."

"Hmm," Mijares suelta un gemido ahogado, sus labios presionados contra el hueso de la mandíbula de la morena.

No necesita más confirmación ni aliento; eso había sido suficiente. Mijares la empuja suavemente contra el sofá, haciéndola recostarse entre los cojines. La manta es arrojada al suelo sin ceremonias, y el encaje de sus cuerpos es perfecto. Mijares casi la cubre por completo, su torso ancho y voluminoso escondiéndola debajo de sí.

"¿Puedo hacerte una pregunta personal?" su voz reverbera entre ellos, grave y ronca.

"Ajá."

"¿Cuándo fue la última vez que tuviste sexo con alguien?" el cantante aparta la cabeza un poco, solo lo suficiente para mirarla a los ojos. "No tienes que responder si no quieres. Es solo... curiosidad."

La pregunta la toma por sorpresa. Ella parpadea lentamente algunas veces, sus ojos alternando entre su boca y sus ojos.

"Michel... bueno..." Lucero carraspea. "Desde que terminé."

"Oh," Mijares no pudo evitar levantar las cejas. "¿De verdad?"

Ella asiente con la cabeza, volviendo a sonrojarse. Dios, ¿cuántas veces se sonrojaría esa noche?

"¿Y tú?" Lucero devuelve la pregunta tímidamente.

"Unos dos meses," él vuelve a hacer su cuerpo pesar sobre el de Lucero, comprimiendo sus senos con su pecho aún por encima de la blusa. "Pita y yo... tuvimos un momento."

"¿Una cita casual?" Lucero pregunta, soltando una risita.

"Una cita casual."

Con su respuesta, Mijares vuelve a besarla, deslizándose una mano por dentro de la blusa de la actriz, sintiendo los músculos definidos de su abdomen bajo sus dedos callosos. Lucero soltó un suspiro involuntario, arqueando levemente el cuerpo para encontrar su toque. Sus labios se movían en perfecta sincronía con los de Mijares, el beso intensificándose con cada segundo que pasaba. Su mano se deslizó aún más hacia arriba, acariciando el contorno de su seno por debajo de la tela. Lucero gimió suavemente, sus dedos apretando el cabello de Mijares con más fuerza.

Unos segundos después, la blusa de Lucero está tirada en el reposabrazos del sofá, y sus senos están completamente expuestos para él, como un coche de lujo en un escaparate. Mijares intenta no pensar en el hecho de que la última vez que vio ese hermoso par de senos fue hace más de catorce años. Temiendo que su mente comenzara a perderse en los recuerdos, abarca el seno izquierdo, envolviendo el pezón con la boca por completo.